La poeta Blanca Haddad le contesta con duros epítetos al malvado Zucchero. Zucchero es un idiota.

Soy Blanca Haddad, soy venezolana, vivo en Barcelona.
No soy una persona sociable aunque tengo 7 amigos que podría ver a diario.
No recito mis poemas, tampoco gano dinero con ellos. Soy pobre pero me cuesta ser humilde, soy narcisa, egocentrica, contradictoria.
No leo mucho, tampoco veo television.
No voy a exhibiciones, mis ratos libres los paso en casa o en la playa. Trabajo en muchas cosas y he aprendido a vivir con poco. Creo que soy una artista aunque no sé de qué tipo.
No sueño con principes, no me gustan las jerarquias.
Me caen bien los estudiantes pero cuando se graduan ya no me caen bien.

– ¿Cuál es la ciudad del mundo que más ama?- pregunta Zucchero.
– Amo Caracas como a una madre, o una hermana. A Barcelona como a una esposa. A Londres como a una vieja amiga de juventud, y a Edimburgo como a una buena profesora.

– ¿Cuál es el primer libro de su infancia que recuerda?- pregunta nuevamente Zucchero con voz empalagosa.
– “El principito” me lo regaló una amiga de mi mamá que yo consideraba muy divertida. Yo esperaba un juguete, cuando abrí el regalo y vi el libro sentí la primera depresión de mi vida. Nunca lo he podido leer. Siento un rechazo irracional por ese libro.
– ¿Con cuál escritor o poeta le gustaría tomarse una cerveza y conversar?
– Nunca tomo cerveza con poetas o escritores, en realidad no me junto con intelectuales. Tengo muy pocos amigos.
– ¿Qué escritor o poeta lee y admira?
– No sé si los admiro. Creo (como escribí en una de mis dispersiones) que “admirar es la forma más leve de canibalismo”.
Entonces prefiero decir que los leo y me siento conectada con lo que escriben. Pero no soy una devoradora de libros  ni de autores.
Me gustan:
Elfriede Jelinek. Es arriesgada, cruda y le deja un margen al lector para elaborar sus propios monstruos.
Jean Cocteau. Escribió de todo: teatro, poesía, literatura. Además dibujaba, hacia escenografía, cine. Un hombre sin miedo a crear.
Margarite Yourcenar. Es una escritora tan seria que resulta casi seca, pero impacta, es un coñac literario.
– ¿Cuál es el libro que le recomendaría a un amigo?
– Depende del amigo. No hay un libro para todos los amigos, aunque yo no recomiendo mucho libros. El último libro que le recomendé a un amigo fue “Cartas de un joven poeta” de Rilke y no le gustó. Le pareció cursi. A otro le recomendé “Trópico de Capricornio” de H. Miller y me dijo que le pareció que estaba lleno de rabia. Ahora paso de recomendar libros.

– Si pudiera viajar en el tiempo ¿en qué época le hubiese gustado vivir y qué hubiese hecho de su vida?
-Me hubiese gustado vivir en el Paleolítico Inferior. Una época sin sacerdotes, ni políticos, ni banqueros, ni celebridades, ni modelos de nada, ni gillipollas de ningún tipo. Me hubiese encantado tener bastante pelo por todo el cuerpo, no tener encima ningún peso religioso , ser inconsciente, nómada, comer insectos y dormir acurrucada en grupos de hombres monos. Me hubiese dedicado, como todos los demás, a recoger frutas silvestres y a tallar piedras enormes. Ahora eso sería interpretado como ser chef y escultora.
-¿ Que debería escribirse como epitafio en su tumba?
– Preferiría una piedra lisa. Cualquier epitafio es un exceso.
– Si estuviera en el Titanic y el barco comenzara a hundirse ¿cuáles serían sus últimas acciones?
– Jamás me hubiese montado en el Titanic. No me gustan los grupos, y menos de burgueses. Me aterran los cruceros.
– ¿Algún personaje literario que le hubiese gustado ser?
– Ludwig Pursewarden del Cuarteto de Alejandría. Se reía de sí mismo y de todos. Era realmente un personaje.
-Tres libros en su ranking personal de todos los tiempos:
– Hamlet de Shakespeare.
Así hablo Zaratustra de Nietzsche.
Cuarteto de Alejandría de Durrell.
-¿Cuáles son algunas de sus extravagancias personales?
– El circo, me gusta el circo. En una época escupía fuego.
FIN.