Divididos por la felicidad, Sumo (1985)

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Por Cristóbal González Lorca

Divididos por la felicidad fue el primer album de Sumo, banda mítica del rock argentino que con éste -su primer disco- dejó en claro que no eran, ni serían, una agrupación más del circuito musical bonaerense. Y es que si bien es cierto que Sumo perteneció y fue parte del movimiento argentino Pop-Rock de los años 80, fueron definitivamente un mundo aparte.

El universo lírico y filosófico tan especial de Sumo se abre plenamente al oyente en este disco hoy de culto, indispensable para todo seguidor de Luca Prodan y los suyos.
El disco fue grabado por la que sería la formación definitiva de la banda: Luca Prodan en voz, Ricardo Mollo y Germán Daffunchio en guitarras, Diego Arnedo en bajo, Alberto Troglio en batería y Roberto Pettinato en saxo. El nombre del álbum fue un homenaje a una de las principales influencias de Sumo: el grupo post punk Joy División.
El disco abre con “La Rubia Tarada”, un track rockero y funkie con una letra semi hablada, en donde Luca describe de manera descarnada la frivolidad de la argentina nocturna post dictadura, encarnada en la figura de esta rubia platinada y frívola, que asiste a Discoteques como La recordada New York City y viste ropa de moda.
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En el texto Luca se ríe también de los “pseudo punkitos con el acento finito”, sin calle, ni actitud. Y marca distancia con estos: “Un pseudo punkito, con el acento finito, quiere hacerse el chico malo. Tuerce la boca, se arregla el pelito, toma un trago y vuelve a Belgrano”.
Recientemente se supo – por cierto- que este verso no sería de Luca, sino de su amigo y colaborador Geniol. El lo habría acompañado en la elaboración del texto aportándo esa estrofa.
“En realidad no era un boliche “a la esquina”, como cantaba el primer pelado célebre del rock, “sino un bar de enfrente”, explico Geniol al diario El Clarin. Un bar ubicado frente a la celebre disco New York City. “Habremos tardado menos de media hora. Sobre un papel hicimos la letra. Todo era cierto. Una alemanita rubia le preguntó a Luca por qué se había pelado. Y él le dijo: por el asco que da, tu sociedad”.
No es extraño ni imposible que Luca haya construido esta letra con Geniol. Luca trabajo textos con otras personas e incluso grabó canciones escritas por otros autores, como “Mejor no hablar de ciertas cosas”, pieza escrita por el Indio Solari y que también es parte de este disco debut. Geniol fue amigo de Luca y es muy posible que lo haya ayudado en la elaboración de este tema, emblemático en la carrera de Sumo.
Luego de este mítico track, sigue el disco con “Mula Plateada”, juego de palabras para un tema cuyo leit motive es más bien la luna plateada, (silver moon), un tema interesante que funde el juego lírico propuesto por Prodan con un base reggae y una exótica melodía oriental.
“No acabes” es un hermoso reggae de texto en inglés y muy surrealista, donde el hablante lírico le ruega a su pareja no detener el encuentro sexual, no acabar. Esta pieza fue versionada por los fabulosos Cadillacs en formato instrumental en su disco de diseño rojo “En vivo en Buenos Aires” de 1995. El trombonista Fernando Albareda lleva la melodía en la versión.
“Regtest” es otro reggae / ska en inglés, surrealista, metafórico, provocador, diverso en sus significados.
Otro gran tema del disco es el “Reggae de paz y amor”, con esos coros y atmósferas dub y oscuras que Sumo tan bien creaba.
“Kaya” es el último track del disco, un reggae a favor de la marihuana, porque ya en 1985 existía activismo cannabico en la Argentina y este lo lideraba Luca, un adelantado a su tiempo.
Estos dos temas fueron rescatados para Sumo y para el disco, desde la Hurlingham Reggae Band, banda anterior formada por casi los mismos músicos, centrada solamente en reggae.
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Sumo 1985
Divididos por la Felicidad es un disco que muestra la escencia de Sumo. Una banda interesante, que trabajó con varios estilos musicales e idiomas, de manera libre y produciendo canciones y discos de muy alto vuelo. Su trabajo se caracterizó por la originalidad, la profundidad de campo, una cierta oscuridad elegante y la sofisticación literaria de Luca, quien pese a sus adicciones a la heroina y el alcohol, no era en la vida real como muchos lo imaginan.
“Luca fue un hombre que se exilió en Argentina para escapar de su adicción a la heroína, coma hepático mediante, pero que abrazó a la ginebra como paliativo. Una figura que parecía machista, pero que era adorado por las numerosas mujeres que lo frecuentaron. Un tipo de una cultura extraordinaria que no dudaba en mezclarse con los seres más lúmpenes. Un ser pelado adrede, con un aspecto que podía dar miedo en esa época, pero que escondía una sensibilidad mayúscula”, escribieron en Clarin. Ideas reforzadas por el Cadillac Sergio Rotman quien plantea que la oscuridad musical y literaria de la banda respondía realmente a una propuesta muy sofisticada.
“Lo que siempre trato de contar a los que no vieron a Sumo es que la idea que tienen de cómo sonaban es la opuesta a cómo en realidad sonaban. Sumo era una banda de post punk que tocaba un reggae bastante oscuro. Cuando rockeaban no recurrían a la distorsión per se sino que estaban en algún aspecto cercanos a Joy Division y Wire. Pero lo que más me impresiona es que el legado de Sumo es de aguante, ya que esa especie de concepto de que Luca era un reventado rocanrolero no es cierto. Los vi mucho en distintos lugares y la sensación siempre era de una banda hostil de la que uno siempre aprendía.”
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