Lo obvio: Son tres jóvenes, hermosas y entusiastas mujeres perdidas en la inmensidad de Latinoamérica.
El desafío: Las invitamos al cine. El telón de satín negro, el ruido del proyector, las imágenes irrumpiendo en la sala, dando rienda suelta a la imaginación, a los sentidos.
El resultado: un viaje a lo humano, al objeto pequeño, al recuerdo. Ésta no es la única virtud del séptimo arte. El cine abre la mente, enseña, dicta pautas, emociona. Eso es lo que deseamos. ¡Dios! Un poco de emoción y belleza y alma. Eso es todo lo que pedimos.
Bueno, pues Urbe le preguntó a tres amigas sobre películas que las hayan marcado para compartir con nuestros lectores. Esto es lo que nos contaron. Tomen asiento en las felpudas butacas que la función está por comenzar.
Denisse Vega Farfán, poeta peruana
Persona (1966), de Ingmar Bergman.
Una pieza cinematográfica redonda, vibrante. El drama es exquisito. Dos mundos personales a punto de colapsar, finamente interpretados por Liv Ullman y Bibi Anderson, logrando la simbiosis en el vacío y la comprensión absoluta del otro. Debo declarar mi predilección por la primera en su papel de Elisabet, una virtuosa actriz que ha quedado sin habla en medio del acto por un sentimiento de frustración y culpa al tener un hijo sin haberlo deseado, cediendo a la presión social y conyugal. En todo el largometraje Ullman apenas habla. El trabajo en los gestos, en la mirada es revelador, los diálogos que -aún en su condición- logra con su par. Los escenarios, siempre austeros en Bergman, son aprovechados en todo su poder, como lo es el mar, anuncio de concierto y tempestad, en consonancia con la psicología de estas dos mujeres. No me canso de verla. Creo que una vez más la clave de la película está ahí, en el sufrimiento del ser humano ante el corsé social, lo cual degenera en culpa, frustración, pérdida de identidad.
En el caso de las protagonistas, es innegable la potenciación de estas consecuencias por ser mujeres y estar expuestas a una mayor agresividad en el juicio del entorno de su tiempo. Demandarles ser madres, esposas, sin desearlo; prohibirles la posibilidad de explorarse. El valor que le doy como mujer es destacable, aún en estos tiempos signados de “modernos, avanzados” se siguen ejerciendo presiones de ese tipo. Considero que siendo cada ser humano diferente tiene una forma única de bienestar, de proyecto de vida, donde pueden haber o no hijos, matrimonio, etcétera. Como poeta, representa un incentivo a honrar nuestra forma de libertad.
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Natalia Berbelagua Pastene, escritora chilena
Daguerréotypes, de Agnes Varda.
Elegí una del género documental, es una joya que se llama Daguerréotypes, de la francesa Agnes Varda. La escogí por ser un relato fílmico maravilloso, donde los objetos cotidianos se lucen y te conectan con tu pasado. Su creadora hizo que los personajes de su barrio (El carnicero, la modista, una pareja de ancianos de un bazar, el dueño de un almacén, etcétera) fueran los protagonistas, cada uno con su rutina, en su lugar de trabajo, y consiguió al menos en mí, emocionarme, porque vi en la pantalla grande una de mis obsesiones, el pararme frente a las vitrinas que nunca se han cambiado, los bazares con los mismos cuadernos amarillos de hace 20 años, llenos de objetos pequeñitos. Me encantan las paqueterías donde venden regalos y pantys y útiles escolares, pese a ser vegetariana, las carnicerías viejas. Recuerdo también cuando era niña e iba con mi abuela donde la modista, cuando me sentaba en unos sillones antiguos mirando un mostrador de madera donde guardaba los botones y algunas revistas. Pienso en eso ahora y hasta recuerdo el olor de esa casa. Todo lo que me conecta con otra época me gusta. Los objetos hablan todo el tiempo. Por eso me gustó Daguerrotipo, y porque sale gente vieja.
A mí me caen bien los viejos, desde siempre. He tenido amigas ancianas desde chica. Recuerdo a una que fue la más especial después de mi abuela y mis tías abuelas. Se llamaba Wanda, tenía el pelo largo, blanco, era preciosa, de rasgos muy lindos, vivía con su nana y con su perro, un dálmata que se llamaba Coraje. Me marcó mucho su amistad, iba a verla muy seguido, vivía cerca de mi casa, a veces nos sentábamos a ver fotos suyas de cuando era joven, o la acompañaba mientras arreglaba el jardín, o hacía pan de pascua en navidad para regalarle a los vecinos. Siempre he pensado que me gustaría ser así, generosa, sabia. Los viejos son lo máximo, da lo mismo que el cuerpo se arrugue, lo que importa es la cabeza y el corazón.
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Lauri García Dueñas, poeta salvadoreña
El Premio, de Paula Markovitch
La película que más me ha tocado últimamente es “El premio” de la Argentina Paula Markovitch que posee notable dirección, actuaciones, dirección de arte y sonido. La película trata de una madre con su hija que huyen de la dictadura argentina y se refugian en un pueblo frente al mar. La niña lee mucho y en la escuela los militares la premian paradójicamente por un poema que, ante la presión de una maestra autoritaria y delirante, alaba la dictadura que persigue a sus padres.
Es importante para mí, además de la belleza y la tristeza del filme, porque trata la figura de los “soplones” y cómo el sistema autoritario penetra toda la vida social y pervierte las relaciones.
Una escena que me impactó es cuando la maestra saca a dar vueltas bajo la lluvia a los niños para que delaten quién le dio copia a un niño en matemáticas… la mejor amiga de la protagonista la delata y luego la maestra obliga a la protagonista a darle gracias a la delatora porque era “por su bien”.
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Denisse Vega Farfán, (Trujillo, Perú, 1986) En el año 2008 ganó el premio “Poesía Joven del Perú”, organizado por el Centro Cultural de España y Lustraeditores, con su primer poemario “Una morada tras los reinos”. Título que concretó una edición bilingüe español – francés, en el año 2013. En el año 2010 publicó la plaquette “Hippocampus” en Uruguay, con La Propia Cartonera, la cual tuvo su edición en Perú en el año 2011. Forma parte de numerosas antologías, entre las que podemos destacar recientemente: “Poetas peruanas de antología” (Mascapaycha editores, Perú), realizada por el crítico Ricardo González-Vigil; “Mangueras rojas y azules” (Yaugurú, España); “En tierras del cóndor” (Taller de edición Rocca, Colombia); “Mirando sobre el heno. Muestra de poesía peruana reciente.” (Vallejo & Company, Perú); “Poesía que gira” (Amaru Cartonera, Chile); “Ladder made up of staircases of time” (Festival de Poesía del Lago Qinghai, China). Así como de revistas: Hueso Húmero, Fórnix, Review (Nueva York), Exit (Canadá), Prometeo (Colombia), Vuelapluma, Río Grande Review (Texas), entre otros. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, francés, chino, italiano y alemán. “El primer asombro” (2014) es su más reciente publicación, aparecida bajo los sellos Animal de Invierno y Paracaídas Editores.
Natalia Berbelagua, escritora (1985) Ha publicado los libros Valporno (2011), La Bella Muerte (2013) por Editorial Emergencia Narrativa, y Domingo (2015) por Editorial Libros Tadeys. Actualmente trabaja en su próxima novela y en la escritura de guiones.
Lauri García Dueñas. (San Salvador, 1980) Escritora y periodista. Maestra en Comunicación y Cultura por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), becada por la fundación Heinrich Böll.
Poemarios publicados: La primavera se amotina, Sucias palabras de amor, Del mar es el ahogo; con el que ganó el XVII Premio Interamericano de Poesía Navachiste, Sinaloa, Jóvenes Creadores y El tiempo es un texto indescifrable. Hizo con sus propias manos las plaquetes: Hombre mar y Mujer en El Mar, El desierto es verde, un error espectacular atravesado por avenidas e hipopótamos líquidos, Saigón y Cuaderno africano.
Co-autora de los libros de investigación periodística: Tribus Urbanas en El Salvador y El asesinato de Roque Dalton. Mapa de un largo silencio.
Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, catalán y recientemente al alemán.
Ha participado en lecturas en voz alta y talleres en Kenia, Francia, Colombia, Chile, México y El Salvador.