Por Luis Salas
Todo el fin de semana estudiando a Tolstoy. Y siento que logré una comprensión profunda del espíritu de Tolstoy.
Anoche estuve hasta tarde viendo los 20 capítulos de Anna Karenina, producción de la televisión española. Gran trabajo.
Viendo ayer Anna Karenina comencé a sentir que me estaba volviendo un leninista. Es chocante ver todo ese estilo de vida de la aristocracia, en este caso de Rusia; pero es la misma forma de vida de toda aristocracia en el mundo entero. Una obsesión por el lujo, por lo caro, por lo exuberante. Sobre todo es chocante ver el egoísmo de esta clase de parásitos que viven gracias a la ignorancia colectiva que los idolatra y a la corrupción de los políticos que no se atreven a terminar con estas familias decadentes y que son todo lo contrario al espíritu de la igualdad social.
Pensaba en mi cama al ver esta película que si yo hubiera leído este libro en la Rusia de su tiempo, lo más probable es que me hubiera convertido en un comunista revolucionario. Este libro Anna Karenina produce una aberración profunda contra esta clase de privilegiados que viven en un estado de egoísmo patológico. Y afuera de sus palacios habían millones y millones de hombres y mujeres rusos que vivían como esclavos y en una pobreza sin límites.
Comprendo a Tolstoy en su aberración después a este libro Anna Karenina. Este libro fue un gran intento de Tolstoy de sacarse de encima a esta clase de parásitos que llevaba dentro de sí porque el viene de una familia del mismo origen de parásitos sociales aristocráticos. El Tolstoy más interesante viene después de Anna Karenina, el Tolstoy que entra en una crisis existencial profunda y comienza a aborrecer la literatura en el sentido de la literatura que sólo servía para entretener a las masas. Pero eso no era la idea de escribir. Se trataba de un cambio de consciencias profundo. En esta etapa de crisis es donde aparece el Tolstoy que escribe de filosofía y de temas teológicos. Este es el Tolstoy que me fascina. Luchando contra si mismo tratando de pasar de las historias de Anna Karenina a cómo vivir en concreto una nueva forma de vida. Una forma que diera origen al nuevo ser humano en este planeta.
Muy interesante que los libros que escribe en este periodo de crisis fueron prohibidos en Rusia. Se publicaron gracias a amigos en Alemania o Bélgica. Este Tolstoy radical y anarquista es peligroso hasta el dia de hoy para las clases dominantes. Es un Tolstoy que si hoy estuviera vivo lo más seguro es que no podría vivir en Rusia ni quizás ningún país de la Unión Europea. Tolstoy hoy día sería catalogado como terrorista. A lo mejor estaría en el exilio en la embajada de Ecuador para no ser extraditado a los Estados Unidos.
El Tolstoy de Anna Karenina o la Guerra y La Paz no hay problemas de promocionarlo y verlo en obras de teatro o musicales como en estos días se está haciendo en Moscú. Este Tolstoy no es peligroso. Es un Tolstoy que a lo más genera cuestionamientos existenciales, preguntas interesantes pero no peligrosas para el orden establecido. Pero hay un Tolstoy que si es peligroso. Y ese está oculto. Es un Tolstoy que cuestiona radicalmente a los gobiernos y sobre todo a la iglesia por toda su hipocresía gigante. Un Tolstoy que llama a vivir de una nueva forma, una nueva civilización. Un estilo de vida que no reconoce autoridad política ni religiosa, una verdadera civilización basada en los principios anarquistas de siempre. Pero los anarquistas están en las cárceles del mundo. Los anarquistas no son bienvenidos en ninguna parte.
Curiosa la esquizofrenia cultural que sucede con Tolstoy, gran orgullo del pueblo ruso pero en un momento histórico en que el gobierno ruso y la iglesia ortodoxa están muy unidas en la administration del poder…difícil ungir a Tolstoy hoy en Moscú siendo muy querido por el poder político, espiritual y económico.
Los grandes escritores son siempre malditos. Y eso es lo que los hace gigantes. Dicen lo que está prohibido. Son voceros del inconsciente colectivo, le dan palabras a todo lo que se tiene que reprimir en la sociedad. Por eso es que los grandes escritores son muy simpáticos y muy queridos cuando están muertos. Ya estando muertos no hay peligro que la gente se tome enserio sus ideas. Entonces hay que premiarlos, darle todo tipo de homenajes y hablar maravillas de ellos…siempre cuando sólo sea para pasar una tarde agradable.
A mí me fascina la parte maldita de estos gigantes de la literatura. Siento éxtasis leyendo sobre estas ideas que los gobiernos y las iglesias hacen hasta lo imposible porque sean reprimidas. Tolstoy es uno de los más grandes escritores malditos. Una amenaza radical a los que tienen el poder.
Su cuerpo ya no está pero él está más vivo que nunca, provocando terror en los que les encanta reprimir al pueblo. Tolstoy está aquí y ahora y por siempre.
Hay algo en especial que me tiene fascinado con Tolstoy… es el mar de contradicciones que fue su vida.
Es que nunca he podido imaginar una vida interesante y profunda sin contradicciones. Las contradicciones son la sal de la rica vida, de la vida que tiene entusiasmo y alegría del alma.
Es justamente esa lucha cotidiana, a veces lucha descarnada contigo mismo lo que hace que tu consciencia sea algo fascinante.
Los que nunca se han equivocado, los que nunca pierden, los siempre correctos…esos no saben lo que es la dicha de comer en la calle una sandía exquisita y quedar sucio como un niño. A ese momento se le llama Vida.
La entrada al museo de Tolstoy en Moscú
Lugar de peregrinaje de devotos turistas amantes de la gran literatura de Rusia.
Escuché palabras en castellano al entrar al museo y eran 3 mujeres argentinas emocionadas de estar ahí. Nos saludamos con mucho afecto y compartimos un momento la gran emoción de estar en un lugar sagrado del pensamiento mundial.
Descubre a Tolstoy. Es el gran inspirador de Mahatma Gandhi. Tolstoy es el gran anarquista pacífico.
