Corría mediados de octubre del 2018 y Santiago de Chile era una olla a presión que el día 18 reventó por sus cuatro costados. Las escaramuzas entre manifestantes y carabineros se presentaban en todas las comunas de la capital y del país. Una nación en llamas, agregando gritos y disparos. Algunos lo denominaron estallido social, otros revuelta popular. Lo cierto es que las manifestaciones ciudadanas adquirieron un tenor cada vez más mayoritaria. Ese mismo 18 de octubre el Presidente Piñera declara Estado de Excepción. Pero no solo eso surge. También apareció la represión. Había heridos de diversa tenor. Sin embargo un hecho causa extrañeza en el capitalino Hospital Salvador y en otros: eran muchos los jóvenes que llegaban con lesiones oculares. El panorama afuera era dantesco: sangre, gritos, llantos de familiares y un personal médico que se veía sobrepasado.
En el siguiente reportaje abordaremos los hechos y el cauce que nos llevaron a posicionarnos como el país que cegó a muchos jóvenes.