Por Jaime Sotomayor Neculman. @jsotomayorN
Es un hecho que el nombramiento del nuevo obispo de Osorno ha generado un fuerte rechazo en la comunidad local y también es un hecho que escasean las voces que den respaldo públicamente a su designación. Las declaraciones que se han publicado las últimas semanas, como la del padre Pedro Kliegel y de un número importante de sacerdotes y diáconos de Osorno dan cuenta no sólo de la inquietud que se ha generado al interior de la comunidad católica osornina sino también de la profunda preocupación que expresan desde la base hacia la jerarquía de la Iglesia Católica en Chile, por sentirse no escuchados y por los negativos efectos en aspectos relevantes como la unidad de la Iglesia a nivel local. Esto porque el nombramiento de Juan Barros como obispo de la diócesis de Osorno ha generado un grado visible de discordia y no unión, apenas se dio a conocer la decisión, siendo difícil que cambie la opinión de quienes se han manifestado contrarios a su designación.
Entre las distintas consideraciones que es posible analizar en relación a este tema, está la participación que la base social deba tener en las decisiones que toman sus respectivas autoridades, ya sea eclesiásticas como en este caso, y en general todo tipo de autoridades en el ejercicio del poder que les ha sido entregado. Considerando además que en este tiempo en que vivimos, los medios de comunicación social ya no controlan el clima de opinión pública, como reconocen los expertos, con lo cual las personas disponemos de mayor capacidad para generar opinión y en definitiva incidir en las decisiones que toman las autoridades.
¿Qué buscan?, es el título de esta columna de opinión y es también uno de los temas que el padre Pedro Kliegel, según comenta en su carta de 18 de enero último, compartieron y meditaron en la comunidad de la Parroquia Sagrado Corazón en relación al nombramiento del nuevo obispo. A partir de esas reflexiones fue posible generar una opinión fundada, a la cual se fueron sumando otras voces, reclamando mayor comunicación a las autoridades eclesiásticas y buscando también revertir el nombramiento del cuestionado obispo. Un claro ejemplo de lo que en estos tiempos una comunidad organizada puede lograr frente a sus autoridades.