UN VERANO SIN TI (2022), BAD BUNNY
Por Sebastián Diez Cáceres
Vamos a escuchar. Primer tema: Moscow Mule. Hasta donde sé es un trago que se
prepara con vodka y cerveza de jengibre, y se sirve en un vaso que parece una
matera, metálico. Es un trago de playa, refrescante. Me llama la atención el verso
whatsapp sin el retrato, parece haber buscado en un diccionario el sinónimo ideal
para que rimara con la barra siguiente terminada en contacto. ¿No han notado que
cuando el otro aún no te agrega a sus contactos, no aparece su foto de perfil? Algo
novedoso es el uso del delay hacia el final de la canción. No se conocían canciones
de Bad Bunny con este efecto.
Siguiente tema: Después de la playa. Lo que en un principio parecía un malianteo, se detiene de abrupto y da paso a un merengue, pero no hecho por un beatmaker, sino uno de verdad, con instrumentos; análogo. La innovación para Bad Bunny siempre ha involucrado turistear por otros géneros, ya se le escuchó en El último tour del mundo (2020), tocando rock y punk californiano.
Me porto bonito. Esos acordes tristes, melancólicos, medio a lo Tim Burton. Hasta
el momento, las letras explícitas tratan sobre sexo.
Titi me preguntó. Reggaeton clásico. Nada más que base rítmica y bajo. Tiene un aura media noventera.
Un ratito. La letra es protagonista, la temática sobre lo fugaz, la velocidad del amor. La base pudo haber sido cualquiera. Con este tema hizo noticia semanas antes del
lanzamiento. Benito Martínez Ocasio, nombre civil de Bad Bunny, había puesto a la
venta su Bugatti, en el que señalaba las condiciones (poquísimos kilómetros de uso)
y daba un número de contacto al que, ponía énfasis, había que llamar, no
whatsapear. Si uno marcaba aparecía la grabación de Bad Bunny descubriendo el
nombre del disco y de fondo este tema.
Yo no soy celoso. Es un bossanova clásico, sin bombo y un bajo que entre casi al final. La letra es irónica, dice que estar celoso sin motivo es machismo, pero que no puede no sentirlo.
Tarot. Primer featuring del disco, junto a Jhay Cortez. Siempre las colaboraciones de ambos han sido palos. Es un reguetón veloz. El coro no me convence.
Neverita. Es un chill out, EDM, con intermedios de trap. No me conmueve.
La corriente. Con Tony Dize. Este artista, al parecer, tenía prohibido por temas legales con su ex manager, a quien le adeuda cuatro millones de dólares, publicar más música en un plazo que aún no vencía. No sé qué ocurrió, ya se sabrá. Es un reguetón con todo el estilo del 2006, la época de Don Omar.
Efecto. Puede ser la continuación de cualquier tema del YHLQMDLG (2020), es el Bad Bunny del 2020.
Party. Junto a Raw Alejandro, nunca antes habían colaborado. Curioso el coro de la mujer X, repetitivo. Y la grabación de una mujer mayor al final diciendo: “todos son santos cuando hablan de los pecados ajenos.”
Aguacero. Es un malianteo clásico. No tiene grandes
exabruptos o grietas. Enséñame a bailar. Es la que más me ha pegado hasta el
momento, tiene un ritmo a lo afro beat, y la letra muy bien puesta.
Ojitos lindos. Con la banda colombiana Bomba Estéreo. Bad Bunny ha confesado ser fan de la banda colocándola en su tracklist de temas que escuchó mientras componía El último tour del mundo. Y hay algo de bombasterístico en todo el álbum la verdad, la marcha lenta y los delays. Es una canción muy tierna.
Vamos por más de la mitad del álbum y en todas me ha dado la sensación de estar nadando a lo Donkey Kong bajo el mar.
Dos Mil 16. Primer trap del disco. ¿Será un recicle? Suena muy a la antigua. La idea de la letra es volver a esos momentos en que Bad Bunny aún no era famoso, antes de Soy peor básicamente, que lo catapultó a la fama.
El apagón. Tribal. Me recuerda al minimalismo de Tego Calderón, lo nombra de hecho. Y luego muta a un EDM. La letra hace referencia a la serie de apagones en Puerto Rico después que se privatizara la electricidad de la isla el año pasado. La chica que canta al final es Gabriela Berlingeri, novia de Bad Bunny. Explicó a The New York Times. “No quería buscar a una artista famosa. Quería alguien que lo cantara por amor, porque es un mensaje sincero”.
Otro atardecer. Es como si le hubiesen pelado una canción a la banda chilena Denver.
Un coco. Hay un sampleo de guitarra clean. El uso de estas guitarras a lo Red Hot Chilli Peppers fue bien sonado en YHLQMDLG, en la canción Hablamos mañana, especialmente. No estaría nada mal una colaboración entre John Frusciante y Bad Bunny. Me gusta mucho el coro:
“antes que este phillie se acabe / yo te voy a olvidar.”
Andrea. Junto a Buscabulla.
Me gusta que sea una mutación de bossanova. A veces tengo conflictos con este
recorrer distintos géneros, como fórmulas. Me pasa con Nathy Peluso, que cada
canción es de un género específico, y no se desborda. Me parece bien turistear,
pero también meter mano y modificar esos géneros. Acá, a diferencia del bossanova
clásico anterior, hay un experimento con el ritmo. El coro de Buscabulla es hermoso.
Ella confesó en una entrevista que ha sido en una de las canciones que más ha
trabajado. Me gusta también la onda biopic de la letra, como narrando una vida
entera.
Me fui de vacaciones. Es la que se filtró. Es un reggae clásico, alegre, como para ponerla de ringtone. Es el coro más interesante junto con el de Yo no soy celoso, por lejos, del álbum.
Un verano sin ti. La que da nombre al álbum. Los sintes son más raspados y distorsionados en general en el álbum. Acá se nota más porque van paralelos a la voz, sin base rítmica. No me gustó nada.
Agosto. Es tan breve que no alcanzo a digerirla. En general, no hay coros audaces en el álbum. Y Bad Bunny si es que por algo destaca, es por componer buenos coros. Este adormilamiento que lleva de la mano el concepto del álbum, estar de vacaciones, descansar, estar tranqui, hizo también que los coros bajaran de línea, fueran más planos. El denbow sigue presente, pero no para bailarlo. En Sudamérica aún no estamos de vacaciones de verano y este álbum puede parecer disléxico desde
nuestro punto de vista. No sé, no quisiera parecer aguafiestas, pero Callaita, un
clásico del 2019 que finaliza el álbum (sepa moya por qué lo colocó aquí), sea la
mejor.
Perfectamente el disco se habría llamado UWU.