Los hábitos de un cazador exquisito: científicos develan comportamiento de estrella de mar sub-antártica

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Nueva investigación posiciona a depredador como una pieza clave en la estructuración de los ecosistemas marinos de la Patagonia.

La estrella de mar Cosmasterias lurida existe a lo largo de la Patagonia chilena y argentina, siendo uno de los depredadores más importantes a nivel bentónico de la zona austral. De alimentación carnívora, y a pesar de su amplia distribución geográfica y batimétrica, no había mayor información sobre su ecología trófica, concentrándose principalmente en su ciclo reproductivo. Por ello, un equipo de científicos decidió investigar qué ocurría con su comportamiento de forrajeo, considerando que C. lurida se alimenta en gran parte de mitílidos (todo el grupo de los choritos), convirtiéndose en un eventual inconveniente para la industria pesquera.

Photographer. Contact: dschories@gmail.com

La hipótesis planteada por el estudio sugería que C. lurida era un depredador generalista, es decir, se alimentaba de las especies que tenía a su disposición en el ambiente. Sin embargo, el trabajo liderado por el investigador Ignacio Garrido, del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) encontró una nueva evidencia sobre su comportamiento dietario.

“Los trabajos observacionales sobre este animal, realizados en el Canal Beagle, lo habían identificado como un depredador generalista. Lo que hicimos nosotros fue una comparación sobre lo que estaban comiendo las estrellas con respecto a la oferta ambiental”, explica el investigador.

Se creía que las presas de esta especie consistían en una amplia gama de organismos, como esponjas, anémonas de mar, moluscos, poliquetos, crustáceos e incluso otras estrellas. “Sin embargo, nos dimos cuenta de que C. lurida no estaba comiendo lo más abundante a su alrededor, si no que estaba seleccionando una presa en particular, los choritos, incluso llegando a mayores profundidades marinas para capturarlos”, comenta Garrido.

El trabajo realizado con especímenes del seno Reloncaví, en la Región de Los Lagos, determinó que entre las presas preferidas por este depredador se encuentran, en primer lugar, los mejillones Aulacomya ater, Mytilus chilensis y las llamadas lapas zapatillas (Crepipatella spp).

Inclusive, C. lurida ha sido observado hasta los 600 metros de profundidad, donde Garrido plantea la pregunta ¿De qué se estarán alimentando y cuál es el rol que cumplen los depredadores en zonas más profundas?

El comportamiento de alimentación y su selectividad para elegir sus presas catalogan a Cosmasterias lurida como un depredador clave en la estructuración de las comunidades bentónicas submareales en la Patagonia, explica Garrido.

“Estos estudios nos sirven para conocer qué ocurriría cuando un depredador importante, que da forma a las comunidades biológicas, desaparece o baja su abundancia. En este caso, es posible que el fondo marino, donde esta estrella tiene influencia, se volvería muy distinto en composición de especies y por tanto el paisaje submarino cambiaría. Por eso este tipo de depredadores son llamados estructuradores de comunidades”, explica el Dr. Luis Pardo, investigador del Centro IDEAL y director de la Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias de la UACh, quien participó en el estudio.

Ante esto, Garrido también asegura que debe considerarse la actividad humana en los ecosistemas marinos, como la urbanización costera y la industria pesquera, ya que la destrucción de estos hábitats podría afectar significativamente a las poblaciones de estrellas de mar y su impacto en la estructura trófica y la función de las comunidades submareales.

Photographer. Contact: dschories@gmail.com

El trabajo a futuro, a fin de entender el comportamiento alimenticio de C. lurida y su importancia como depredador en el ecosistema será entender su contexto ambiental. “Esperamos hacer observaciones in situ de esta especie en la Región de Magallanes, ya que la oferta ambiental en esa zona es distinta y de mayor variedad, así determinar la importancia en las comunidades bentónicas a una mayor escala”, concluye Garrido.

La investigación fue publicada en la revista científica Frontiers in Marine Science, como parte de una edición especial a propósito de los 500 años del “descubrimiento” del Estrecho de Magallanes.

Leer el estudio aquí.

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