Almas en el Río

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Novela valiente que viene del sur

leosanhueza
Almas en el Río
Eleodoro Sanhueza Ramírez, Ediciones Ñire Negro, 2013
“Dormido se levanta y camina a la ventana ¿será un perro, un alma en pena, o definitivamente algún cristiano que osa visitarlo a esas horas?”[1].
Así comienza esta novela de 125 páginas que viene del fin del mundo. Su autor: el joven escritor Eleodoro Sanhueza Ramírez. De esta forma avisa a sus lectores que deben estar alerta, que su narración verdaderamente está basada en un caso real. En la propia portada del libro nos anuncia: “Novela basada en el Caso Aysén”.
El Caso Aysén tuvo notoriedad entre los años 1997 y 2001 y se relaciona con la serie de “suicidios” para la justicia, y de “muertes inexplicables” para los familiares de cerca de veinte jóvenes de la zona de Coyhaique.
El autor a través de Benito Foisy Silva, su personaje principal, investiga los sucesos y despliega todo un arsenal de expedientes del “Caso”, que se entrecruzan y son fruto, sin lugar a dudas, de un trabajo investigativo que dramáticamente van dejando una huella común, la incapacidad de la justicia chilena para descubrir la verdad de los hechos.
Llama la atención el recurso narrativo que emplea Eleodoro. En un principio nos habla de su personaje y luego deja que Benito actúe con voz propia en el libro.
“El obispo tomaba desayuno. Foisy tiritaba de frío. Después le confesó que quería meterse en la historia.
– Meterte en la historia, ¿por qué?
– Quiero escribirla obispo.
– Te advierto que es un asunto delicado y no ficción, como quizá piensa – dijo seriamente, haciendo una negación con la cabeza.”[2].
No es una narración común, se habla de muertes, de intrigas, que también se dan en la vida real. Estamos más acostumbrado a novelas, sobre todo las que vienen del sur de nuestro país; en que las características hostiles para el asentamiento humano del territorio es lo determinante para la construcción de los personajes, pero en esta obra pareciera ser la naturaleza humana lo preponderante.
Esto aparece reforzado cuando el autor realiza sin tapujos la crítica a sus colegas escritores de la Trapananda – nombre antiguo de la Patagonia Chilena. “(…)  toda vez que el poema o el cuento no hable de pampas, ni coirones, ni ovejas cruzando las cercas del Aysén, vuelven la vista, arrugan el entrecejo y dibujan una sonrisita; su lenguaje corporal traduce un “no” rotundo a otra literatura; la Patagonia debe estar en cada verso.”[3].
Igual el autor –por suerte- cae en la tentación de describir detalles que caracterizan a la naturaleza de ese territorio austral, sobre todo para los lectores que somos de la zona central de Chile. Y lo hace muy bien, a lo mejor sin querer. “(…) en la zona dominan Lengas (…) desde donde a veces el sol se anima para alumbrar el paso de los caballos (…) se siente el húmedo ambiente y la gran soledad del sur. Puerto Aysén es un rincón entre río, cerro y mallín”, “(…) hay caminos que se pierden en las montañas, desde donde vuelven cargados de silencio, para ocultarse en los patios donde la hierba crece con la libertad del sur.” [4]
 
Eleodoro Sanhueza Ramírez
Ubicados en el tiempo de la narración, vemos al autor desplegar a su personaje, el que oculto del obispo comienza a desarrollar su propia investigación; eso lo obliga a empaparse de dolor y sufrimiento de los familiares de las víctimas. En ese esfuerzo las historias de Pascual Reyna y Pedro Soto Tapia, son sólo una introducción de lo que vendrá más adelante.
Los ordenados expedientes, paso a paso, nos van relatando dolorosos acontecimientos que suceden paulatinamente ante el horror y espanto de los habitantes del pueblo. Junto a ello van apareciendo los obstáculos –poderes ocultos- que impiden que los familiares conozcan las circunstancias que llevan a la pérdida de sus hijos y a la falta de justicia. La razón fundamental que quiere resaltar el libro.
“-Lo raro es- dijo la madre-, que mi hijo no llamó (…); él estaba autorizado siempre y cuando avisara, pero no lo hizo.” [5]
“-Edgardo tenía 20 años, estaba a una semana de irse del pueblo y la noche que le hicieron su despedida, murió –explicó la madre ya sin lágrimas-. Los amigos que le prepararon la fiesta planificaron su muerte.” [6]
“La madre de la niña –Catalina- aseguró a un juez que a su hija la habían asesinado y que los culpables seguían libres…entre las personas que encubrían el crimen se encontraban gente de la PDI y Carabineros (…) El caso se cerró semanas más tarde.” [7]
La trama incluye a un ilustre juez que dicta resoluciones y condenas en la zona, que es retratado en una orgía con prostitutas y que consume drogas, las fotos circularon masivamente. Un testigo muere en extrañas circunstancias. El obispo del lugar interesado en aclarar los hechos es amenazado de muerte. Se incendiaron Juzgados y la Corte de Apelaciones. No está ausente el tráfico de drogas, una red fáctica de autoridades, empresarios y militares que aparecen en las especulaciones de los habitantes como principales involucrados. Hasta parlamentarios se hicieron presentes, pero los casos se cerraron.
“Y fue así que todo terminó y los libros se cerraron como una novela, después de la última página.” [8]
Benito logra transformarse en un hombre de confianza del Obispo Luis Baker, y es en ese momento cuando el sacerdote lo comisiona para la tarea más importante de su vida, entrevistarse con el testigo clave en Santiago. El sacerdote le detalla a continuación toda la información que conoce del caso.
“Voy a comenzar desde el principio- dijo éste, largando el humo y respirando profundo para encontrar el equilibrio exacto de su tono.” [9]
Cumpliendo lo acordado, viaja a la capital, y es a partir de ese momento que los acontecimientos se aceleran y la trama, en beneficio de los lectores, se tendría que aclarar; pero no sucede así, porque la voz del autor del libro, él que nos va narrando los acontecimientos, el personaje literario que descubrirá a “Los Intocables”, tiene un fin inesperado.
Benito se quedó pensando en el rostro de sus padres cuando descansaban a la orilla de un río e imaginando al obispo sobre unas rocas en el túnel Farellón con un escrito su espalda: AYSÉN CLAMA JUSTICIA, pensando en su pueblo cobijado bajo los cerros que parecen gigantes y a sus compañeros de escuela, invitándolo a montar un tobiano.
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A días del lanzamiento de esta valiente publicación, mezcla de realidad y fantasía como expresa su propio autor, un periódico de la zona de Puerto Aysén, El Divisadero, publicó una noticia: Destruyen memorial que recuerda a jóvenes muertos en el emblemático Caso Aysén. Sus familiares lo relacionan con el lanzamiento del libro “Almas en el Río”. Redacción Diario El Divisadero (27-06-2013).
Eleodoro Sanhueza Ramírez, autor de Almas en el Río, a los 23 años llegó a vivir en Coyhaique, desde Nehuentúe, Región de La Araucanía, lugar donde nació. Comenzó a investigar el “Caso Aysén” el 2006, lo publicó siete años después. Está preparando una segunda parte su libro.
 
José Miguel Carrera  @JosMCarreraC
Urbe Salvaje
 
[1] Página 9
[2] Página 19
[3] Página 20
[4] Páginas 22 y 23
[5] Página 35.
[6] Página 44.
[7] Página 56.
[8] Página 83.
[9] Página 85.

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  • Comment (2)
  • Es magnífico libro un gra autor.
    Me siento orgullosa y feliz de mi gran hermano, de su valentía de sus valores por la vida, que importa más que su propia vida.
    Dios bendiga su caminar y unamos nuestra fe para que tenga protección divina.
    Felicitar al periodista por esta publicación por sensibilidad a la literatura.

    • Hola, disculpa me interesa mucho comprar el libro, soy de aysen pero en este momento vivo en viña por estudios… Pero siempre me ha llamado la intencion los casos. Espero obtener respuesta 🙂 muchas gracias

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