Por Hugo Dimter
Fotos de Fernando Lavoz
Hay algo en el ritmo, en la entonación, que me hace pensar en más que un “líder medioambiental”. La de medioambiental es cierto, pero también escaso. Curamil es mucho más que el mapuche detenido injustamente que ganó el Premio Ambiental Goldman o Premio Nobel Verde.
Un corredor de medio fondo -en buen estado físico a punta de ñiachi- parece con su polera sin mangas. Piel morena, barba en candado, mediana estatura. El lonko escucha la voz del bosque y aprende las lecciones. Estuvo preso por un montaje absurdo e infantil. Logró su libertad y como lonko es vocero de la Alianza Territorial Mapuche. También es representante del Lof Radalko. Ese es su currículum, pero no nos equivoquemos: Curamil es mucho más que eso. El tipo siempre está pensando, nunca se queda quieto y tiene poder de acción y de consentimiento. Los jóvenes lo veneran y los ancianos lo respetan. Eso es un líder. Pero Curamil es más que un líder; es alguien que quiere cambiar la historia. Es una persona que puede derrotar a grandes empresas energéticas como SwissHydro y Agrisol, quienes iban a construir dos centrales hidroeléctricas en el río Cautín. Y eso no lo hace un simple líder medioambiental, quizás porque los asesinan, y Curamil está vivo. Es cierto: Con Curamil navegamos en un mismo bote por un río cuyas aguas son newen y alimentan la Ñuke Mapu, la Madre Tierra. Pero ¿cómo hacer que se suba el resto de Chile al bote de la justicia? ¿Qué debería decir un tipo como Alberto Curamil a nuestro país y a su pueblo en eterna resistencia? ¿Qué debe hacer?
En las siguientes líneas la respuesta.
Me cuenta que estuvo en Plaza de la Dignidad y lo importante que ello significó.
Se me viene a la mente -luego que nombraste la Plaza de la Dignidad-, una interrogante. Alberto, tú eres un lonko, ¿qué le aconsejarías a las comunidades en vista de esta revuelta, que lecciones sacas de toda esta situación? ¿Qué podría favorecer al pueblo mapuche de esta rebelión que se ha producido desde el 18 de octubre? Porque hay demandas que abarcan al ciudadano chileno, pero también al pueblo mapuche.
– Hay temas que son súper relevantes y que tienen que ver con la vida y con la existencia de la humanidad y de todo ser vivo. Entonces cuando el pueblo chileno se levanta, yo lo digo de esta forma, “se levanta”, porque por ahí también escuché a un expositor haciendo el mismo análisis: la gente no es que estuvo dormida y que haya despertado ahora, sino que estaba tirada, echada por decirlo así, con los ojos abiertos, y no le importaba, no le interesaba, o no tenía la fuerza como para levantarse y manifestarse. Sin embargo, eso es lo que ha ocurrido: el pueblo se levantó y está en las calles. La exigencia de ellos igual es distinta; inclusive dispersa, en el sentido que muchos hablan de la AFP, de la educación, salud, en fin. Pero hay una cosa esencial que tiene que ver con la vida y esa vida -para nosotros como mapuche- tiene que ver con la tierra misma y si esta tierra está siendo destruida por unos pocos empresarios, quienes intervienen todos los territorios a nivel de Latinoamérica. Creo que, si no valoramos y si no damos cuenta de aquello, también estas movilizaciones podrían llegar a fracasar. Por eso para mí, tenemos que enfocarnos bien en cómo el enemigo avanza y sigue destruyendo, más allá de ésta u otra demanda pequeña. Nosotros estamos sobre la tierra, existimos sobre la tierra. Y creo que eso es lo que hay que proteger.
Es curioso, ¿cuántas hectáreas tiene el pueblo mapuche, 500 mil, 600 mil? Forestal Arauco tiene 6 millones, ¿no te parece un abuso?
-Por supuesto, yo creo que acá el territorio mapuche fue invadido, fue usurpado por el Estado de Chile para traspasárselo a muchas empresas. En este caso a las empresas forestales. Entonces, cuando hoy nos movilizamos, cuando hoy asumimos la prisión, tenemos muy claro contra quienes luchamos. El enemigo es el mismo, es uno solo, que son las empresas forestales que acaban con todos los recursos naturales, con todas las fuentes de aguas, y no solo están en el Walmapu, sino también están en la zona centro. O hay otro tipo de empresa, pero es la misma empresa con otro tipo de plantación, por ejemplo, la plantación de paltos. Y así podemos sumar otras empresas como las empresas mineras y sobre todo la otra empresa que también se posiciona frente a las pocas aguas que queda para nosotros hoy. Entonces se entregaron todos estos recursos, el Estado entregó todo a estos empresarios y cuando nosotros nos manifestamos sufrimos la prisión. Como hoy lo está viviendo la población chilena también.
Ahora, ¿qué tan criminal es el poder neoliberal? Has señalado en una entrevista que este gobierno de Piñera está dirigido por las trasnacionales. En realidad, es así: los intereses económicos están primando por sobre la vida, por sobre la vida de las comunidades. El modelo tiene mucho que ver en eso.
-Si por supuesto. Y creo que no solo el gobierno de Piñera está dirigido, si bien él está mucho más empoderado con las empresas, es un empresario. Pero están también los otros gobiernos de la Concertación. Incluso si no me equivoco, fue el gobierno de la Concertación que confirmó este sistema neoliberal. Hicieron mucho tratado de libre comercio, divinizando el modelo económico. Fueron ellos los que permitieron que esto se desarrollara acá. Entonces en ese sentido otro viene y lo va mejorando. Por eso debemos ver la protección de la vida misma, por eso hablábamos de Derechos Humanos. Eso no existe. Eso se vulnera en todo momento. Las empresas deciden instalar sus proyectos en el territorio en cualquier momento y listo-argumenta Curamil.
Curamil, con esa polera irrumpe en el hall del hotel como si se hubiese levantado muy temprano y ahora -con el pelo húmedo- pareciera recién duchado.
Ñachi tiene dos acepciones: sangre y un plato típico mapuche consistente en la sangre del cordero, con especies y limón. Muy fuerte. Antiinflamatorio. El ñachi lo prepara una sola persona. El rito culinario no se comparte en cuanto preparación. En eso se diferencia al poder. El poder lo ejerce una persona, pero esa persona representa fielmente a todos. Curamil sabe que un buen líder comparte el poder y respeta a la masa, al pueblo. A su pueblo que está compuesto por muchos hombres y mujeres.
¿Qué es un hombre? ¿Alguien que debiera doblegarse y ceder en todos los aspectos de su vida para que otros ganen dinero? ‘Que no se vaya a creer que un pueblo tan dado a la disciplina y a la sabiduría iba a elegir a un jefe por la fuerza y no por el seso’, dice en una de las estrofas de La Araucana refiriéndose a Caupolicán. Idea y acción, fuerza y moral. Vigor y respeto. Equilibrio.
El número 4 tiene una importancia vital como elemento de equilibrio en la cultura mapuche: Cuatro son las divinidades sagradas. Cuatro son los cielos. Cuatro son las esquinas de la tierra. Cuatro son los elementos (agua, tierra, aire y fuego). El agua es vital para las futuras generaciones y por ello Curamil la defiende. El río es el lugar democrático donde todos acuden. Es el lugar que brinda alimento y genera el alimento en sus riberas sin pedir nada a cambio. Sólo se debe rogar para que el río nutra a un pueblo y brinde su caudal en los terrenos sembrados de virtud y no de codicia y abuso.
Se habla de estallido social, rebelión, revuelta dicen algunos, ¿cómo la denominas tú esta serie de demandas de la sociedad chilena mapuche? Encuentras que se puede acercar a una revolución, que es una rebelión, estallido, no sé. Porque un estallido se inicia y tiene una corta duración y esto todavía no ha terminado.
– No, creo que aquí es necesario -entre la población chilena que hoy está movilizada- llevar un diálogo, un encuentro con ellos para poder planificar más acciones en conjunto. Más estrategia tal vez, para poder tomar dominio sobre nuestro territorio. Cuando hablo de territorio, no solo hablo del Walmapu, sino donde está hoy movilizada, en las poblaciones, etcétera. No podemos estar dependiendo de los empresarios o de este modelo económico que hoy nos empobrece, que hoy nos explota, que hoy nos separa de la familia, de nuestros hijos para poder ir a ganar un suelo miserable de una empresa o en una institución pública. Entonces en ese sentido hay mucho que conversar, hay mucha estrategia que discutir, tal vez para poder lograr nuestros objetivos, nuestras demandas.
Lo más cercano es el plebiscito, tratar de ver el asunto de Convención Constituyente, ¿le gustaría integrar esa Convención? ¿Cree que es un elemento que se podría utilizar de buena forma?
– Mira, con mucho respeto para el pueblo y la población movilizada hoy, si eso es una alternativa para ellos, puedo decir que lo hagan de la mejor forma, que usen la mejor estrategia para poder lograr ese cambio constitucional y sean ellos los incidentes en ese cambio. Pero para nosotros como mapuche yo creo que es un problema que no debiéramos estar nosotros involucrados ahí, porque el Estado de Chile como Estado, viene muchos años trabajando así, 200 años aproximadamente.
Usted ha sido bien crítico de ese sistema.
– Por supuesto que sí, porque sea Concertación, sea del color que sea, si está un partido político siempre nos ha perjudicado y ha obedecido al modelo económico de los empresarios. Entonces no hay nadie que pueda trabajar para el pueblo. O sea, aunque tuviéramos un presidente indígena, o mapuche, principalmente no va cambiar porque llegando ahí se va poner al servicio de los empresarios, porqué, porque hay una constitución, hay un modelo económico que nos empobrece, que atenta, que amenaza nuestra existencia. Tenemos el ejemplo de Evo Morales en Bolivia: él siendo presidente de Bolivia mandó a reprimir aquella gente que se opuso a un proyecto, que se tomaron la carretera, pero él como presidente indígena mandó a reprimir a su gente porque estaba también obedeciendo al sistema empresarial.
Referente específicamente al asunto de los escaños reservados, se hablaba de la ley de cuotas, 6 senadores, 11 diputados de los pueblos originarios, algunos hablan de un 15% regional, ¿cree que es posible que se dé una cosa de esa naturaleza? ¿Que en el Senado se apruebe una cuota de estas características? También se apunta a tener cuota en el Consejo Municipal. ¿Los políticos permitirán visibilizar los problemas de los pueblos originarios? ¿Sería útil en ese sentido?
-Mira, de que sea tan útil no sé, pero que se dé ese cupo reservado, creo que sí. Este sistema de gobierno, este Estado está acostumbrado a dar soluciones de parche y el escaño reservado obedece a eso: un parche. Nosotros revindicamos un territorio que fue usurpado, nosotros queremos que las empresas forestales puedan retirarse, puedan hacer abandono de nuestro territorio, queremos devolución de nuestro territorio. No estamos pidiendo un espacio de participación dentro de una Constitución o dentro del Estado de Chile, dentro de aquel cupo parlamentario, porque para nuestra existencia no tiene nada que ver. Para nuestra existencia lo más importante es el territorio.
Curamil es un hombre que no puede permanecer inmóvil ante las injusticias vengan de donde vengan. Lo veo en los jardines del ex Congreso Nacional conversando con una docena de jóvenes quienes deseaban conocerlo. Los muchachos lo escuchan y comparten opiniones. Ha habido un problema con la sala donde iba a exponer y por ello decide salir a los jardines, en total armonía con la naturaleza existente en ese lugar.
Pasemos a otro tema, al tema de los Derechos Humanos. Usted ha sido invitado a foros, analicemos un poco el rol del presidente Piñera en toda esta crisis. ¿Cree usted que Piñera puede ser en algún minuto declarado culpable de todas estas violaciones de Derechos Humanos? ¿Cree que pueda ser posible?
-Corresponde, merece ser condenado por todo lo que ha causado en este corto tiempo de movilización. Sin tomar en cuenta los otros hechos ocurridos anteriormente con la nación mapuche. En estos dos meses de movilización de la sociedad chilena hay mucha gente herida, personas que fueron asesinadas y personas que fueron procesadas judicialmente y que actualmente están privados de libertad injustamente. Que son muchísimas. En ese sentido uno es crítico contra este sistema, porque no se respeta los Derechos Humanos, porque se vulnera todos nuestros derechos, y en ese sentido es contra quiénes están a la cabeza: el gobierno. O sea, cuando Camilo Catrillanca fue asesinado ¿dónde fue asesinado? ¿Qué estaba haciendo él cuando fue asesinado? ¿Quiénes lo asesinaron y bajo las órdenes de quién?
Está también el tema de DDHH y la prensa. En el asesinato de Catrillanca, inmediatamente las noticias apuntaron a que había un asalto. ¿Cómo calificas el rol de la prensa en el tema de los DDHH, específicamente en el tema del conflicto mapuche?
– Hay una larga experiencia. Primero de cómo la empresa se deja dirigir por estos poderes económicos, poderes políticos cierto, que están gobernando y otros obedecen todas las instrucciones que se les da, así como todas las instituciones. Entonces eso de querer manipular una información donde el exintendente Mayol dio la orden y todo este gobierno fue capaz de mentir. La prensa nunca quiso decir que ahí se estaba elaborando una mentira, se estaba adulterando los hechos que ocurrieron en ese minuto. Pero todo salió a la luz, siempre hay alguien que estaba mirando este tema, se da cuenta de esto y se denuncia. Pero cuando se hace esta denuncia muchas veces no son tomados en cuenta y todo queda en el silencio. No hay justicia, en ese sentido nosotros también llamamos a nuestra gente de que el pueblo es el que tiene que hacer justicia, porque acá ahora, aunque está todo descubierto, esa adulteración de aquella acción, hay un culpable, hay personas intelectuales que ordenaron que Camilo fuera asesinado. Sin embargo, no van a haber condenados, o si va a ser condenado aquel carabinero que disparó. Y tal vez va a recibir una condena mínima.
¿De qué forma el pueblo podría hacer justicia?
-Es un tema que no es fácil decirlo, pero la justicia se hace en la calle. La justicia se hace en todas las acciones de movilización que hoy se están llevando a cabo en diferentes territorios. Y eso es legítimo, como por ejemplo las empresas forestales que hoy se instalan ahí, y si sufren, o si lamentan un sabotaje, es parte de la justicia que el pueblo también está haciendo.
¿Una especie de legítima defensa frente al ataque del modelo?
-Es una legítima defensa y no lo podemos negar.
El río tiene una soledad perturbadora. Hay que pedirle permiso para adentrarse en sus aguas. A veces suceden cosas imprevistas. El viento silbando con disimulo, las nubes apretadas junto a la luna. Hoy ser tratado de mapuche es motivo de orgullo. Para ellos siempre lo fue. Han sido un pueblo en resistencia siempre. Han sufrido el exterminio, el despojo y la criminalización. Hasta ahora. Hasta este preciso momento. Y seguirán luchando.
Analicemos el “Aquí y ahora”. Hay una urgencia frente a todas estas situaciones que ponen en desventaja a los defensores de los derechos humanos, ¿estamos en desventaja realmente?
– Es cierto, yo creo que sí, insisto, acá existe un modelo económico, acá existe un poder económico y político donde están todos coludidos y que ordena disparar a quema ropa a todos los que salen a calle a protestar. No hay cuidado alguno, no existe un respeto hacia los niños, hacia la mujer o hacia los ancianos, no existe ese respeto o ese cuidado que se debe tener.
Después de la experiencia de la dictadura porqué volvemos a cometer los mismos errores, volvemos a cometer atropellos a los DDHH, ¿no hemos aprendido nada? ¿Por qué tropezamos con la misma piedra?
-Insisto, Aquí el problema es el modelo económico, es el poder empresarial que hoy está instalado. O sea, el sistema capitalista que hoy opera, ese es el motor y todos los que llegan al poder obedecen a aquel modelo, al poder económico, que es un modelo, que es un poder económico, que es un modelo destructor.
¿Y cuáles sería los desafíos? Impedir los montajes al pueblo mapuche que participa en las demandas sociales, educar sobre respetar lo DDHH, tal vez otra legislación, otros jueces, sin tantas implicancias políticas, ¿Cuáles son los desafíos a futuro? usted vivió en carne viva desde la justicia, de los montajes y las acusaciones falsas.
-Mire creo que eso se viene dando desde mucho tiempo. Y no ha sido fácil. No va a parar fácilmente, tampoco con una nueva constitución. Creo que podríamos hacernos mucha expectativa con este cambio constitucional, sin embargo, ni siquiera me parece raro ante de este cambio constitucional. Sin embargo, el gobierno se adelanta en aprobar nuevas leyes anti encapuchados, anti-barricadas. ¿Qué quiere decir esto? ahora cuando se aprueba en el Senado nuevamente, no sé si esto es un proyecto de ley, cuando los militares apoyen la infraestructura crítica, como, por ejemplo, entonces uno dice, qué expectativas se puede hacer con este nuevo cambio constitucional, cuando los empresarios ordenan a sus títeres para que hagan esto y estos gobiernos títeres de los empresarios obedecen y ya está hecho. Entonces frente a eso es que soy crítico en participar en eso. Creo que tenemos que ver las formas de hacer un cambio real, pero ese cambio real tiene sus costos.
¿Qué tan importante es la presión internacional? El premio que recibió le dio una visibilidad bastante amplia; no solo a usted, si no al tema mapuche. ¿Es mejor recibir ayuda de organismo de afuera y de gente preocupada de otros países?
-Sí. Mira, sinceramente no logré dimensionar el reconocimiento de este premio que recibí de parte de Goldman. Sin embargo, creo que de acuerdo a su pregunta fue muy relevante, fue muy mediático. Pero más mediático fue porque yo estaba en prisión. Entonces, en ese sentido, creo que es importante reconocer aquel aporte, el reconocimiento que se nos hace por esta lucha. Acá solo se persigue, solo se asesina, se encarcela a nuestra gente. Afuera a alguien le llamó la atención esta lucha, este movimiento y decidió investigar y hasta poder llegar a ser premiado, y feliz o afortunadamente fui elegido como ganador de aquel premio y espero que también me pueda servir para llegar más a la gente. La gente se vio muy conmovida, se vio muy representada, muy en especial por mi hija que le tocó asumir mi representación y recibir este premio. Muchas mujeres mapuches -quienes fueron a visitarme- no paraban de felicitarme. En ese sentido fue un orgullo y también me permite con mayor facilidad llegar a todos los grupos que se movilizan y que están preocupados por cambiar esta sociedad y este modelo que nos vulnera como seres vivos, como seres humanos.
La gente que produce es tan granada, tan soberbia, gallarda y belicosa, que no ha sido por rey jamás regida ni a extranjero dominio sometida. Palabras sabias y justas, fieles testigos de un pueblo y su largo navegar sobre aguas a crisol en su propia sangre.
un semáforo rige la vida –otro dogma de fe-
y ante él estamos, dice Elvira Hernández.
Y ante él estamos.