De la protesta a la resistencia
Traducción: Jonatan Garrido
“Protesta es cuando digo, esto y esto no va conmigo. Resistencia es cuando procuro que lo que no va conmigo no vuelva a suceder. Protesta es cuando digo que no voy a participar. Resistencia es cuando procuro que los otros tampoco participen”. Algo parecido – no textual- se pudo escuchar decir a un negro del Movimiento Blackpower en la Conferencia sobre Vietnam celebrada en Berlín en enero.
Los estudiantes no llevan a cabo ninguna insurrección, ellos practican la resistencia. Piedras han volado, los cristales de las ventanas de la central de Der Springer en Berlín han acabado hechos añicos, han ardido automóviles, cañones de agua han sido arrebatados, una redacción de el BILD ha sido demolida, ruedas pinchadas, el tráfico paralizado, camiones de obras han sido volcados, cadenas policiales rotas- violencia, violencia física es lo que se ha empleado. Sin embargo, no se han podido impedir las entregas de prensa deDer Springer, el funcionamiento del tráfico sólo se ha interrumpido durante unas horas. El seguro pagará las lunas de las ventanas. Donde los camiones fueron quemados circularán nuevos camiones, no se reducirá el número de cañones de agua de la policía ni faltarán balas de goma. Por tanto, volverá a suceder lo que ya ha sucedido. La prensa del Springer seguirá provocando y Klaus Schütz ordenará: “mirad a estos tipos a la cara”, y proceded con las consecuencias, golpearlos directamente- lo que ya pasó el 21 de febrero- y acabad disparando.
Las protestas masivas contra el atentado a Rudi Duschke perpetrado durante las pascuas-llevadas a cabo no por unos cuantos, sino por muchos; no sólo una vez sino a lo largo de varios días; no solamente en Berlín, sino en muchos lugares; no de forma simbólica, sino de forma fáctica- han rebasado el límite entre la protesta verbal y la resistencia física. Tras el 2 de junio solamente se quemaban ejemplares del Springer, ahora se ha intentado bloquear su publicación. El dos de junio volaron tomates y huevos, ahora vuelan piedras. En febrero se pasó un divertido y entretenido film sobre la fabricación de cócteles molotov, ahora se emplean de facto. El límite entre la protesta y la resistencia ha sido sobrepasado, aunque no de manera efectiva, volverá a repetirse lo que ya ha sucedido. No se han cambiado las relaciones de poder. Se ha practicado la violencia pero no se ha podido ocupar el poder. ¿Se trata de violencia terrorista sin sentido, de violencia alienada, apolítica e inconsciente?
Constatemos: aquellos que desde el poder condenan el lanzamiento de piedras y los incendios provocados; sin embargo, no condenan los acosos del Springer ni las bombas sobre Vietnam, ni el terror en Persia, ni la tortura en Sudáfrica. Aquellos que podrían expropiar el Springer, no lo hacen. Forman grandes coaliciones que mediante los massmedia podrían difundir la verdad sobre el BILD y el BZ y, en cambio, difunden verdades a medias sobre los estudiantes; su ocupación con el tema de la violencia es hipócrita, ellos utilizan una doble medida, quieren exactamente lo que nosotros, los que- con o sin piedras en los bolsillos- tomamos la calle, no queremos: la política como destino, masas infantilizadas, una oposición impotente que no moleste a nadie, democráticas carreras de sacos y el estado de excepción si la cosa se pone seria. Johnson, que declaró a Martin Luther King héroe nacional; Kiesinger1, que lamento en un telegrama el atentado contra Rudi Dutschke, ellos son los representantes de la violencia contra la que se opusieron King y Dutschke, la violencia del sistema, el sistema que ha producido Der Springer y la guerra de Vietnam; a ellos les faltan dos cosas: la legitimación política y la legitimación moral para imponer un recurso contra la voluntad de resistencia de los estudiantes.
Constatemos: está documentado que aquí no se puede disparar a la gente así como así, que la protesta de los estudiantes contra la idiotización de las masas llevada a cabo por Der Springer va en serio, que Der Springer no está, ni ahora ni nunca, destinado por Dios para poder decir ni una sola vez: “estamos en contra de vosotros”; está documentado que costumbre & decencia2 son cadenas que se pueden romper si se vapulea y dispara al encadenado. Está documentado que todavía hay gente en este país que no sólo condena el terror y la violencia y no se opone secretamente a ellos, sino que sin temor y sin poder callar es capaz y está dispuesta a ofrecer resistencia para que se puede llegar a comprender que esto no puede seguir así. Se ha demostrado que el acoso mortal y el crimen distorsionan la vida pública, que las personas que mantienen una vida pública no están dispuestas a consentirlo. El valor de un ser humano es algo distinto a las ventanas, las furgonetas delSpringer y los coches volcados y dañados durante la acción de bloqueo ante la central del Springer, hechos que fueron registrados en los informes arbitrarios de la policía; que hay una vida pública que no solamente no está dispuesta a llamar insoportable a lo insoportable, sino que está dispuesta a enfrentarse a ello, a desarmar alSpringer, a los asistentes de sus asistentes.
Ahora, después de que se haya demostrado que hay otros medios a disposición mejores que las meras manifestaciones, Springer-Hearing, acciones de protesta, medios diferentes a los que han fracasado al no poder evitar el atentado contra Rudy Duschke; ahora, que las cadenas de la costumbre & la decencia han saltado por los aires, se puede discutir a posteriori sobre violencia y contra-violencia. Contra-violencia, como se practicó en aquellos días de pascua, no es adecuada para despertar simpatías ni para atraer a los liberales asustados a la parte de la oposición extra parlamentaria. La contra-violencia conlleva el riesgo de convertirse en violencia cuando la brutalidad policial determina las reglas del juego, cuando la rabia impotente es capaz de acabar con la superioridad de la racionalidad, cuando se contesta a la intervención paramilitar de la policía con medios paramilitares. Pero el establishment, “los señores de la cúpula”- en palabras de Rudi- han de aprender que sólo hay una forma de alcanzar la paz & el orden perpetuos: expropiar el Springer. La diversión ha terminado: “protesta es cuando digo, esto y esto no va conmigo. Resistencia es cuando procuro que lo que no va conmigo no vuelva a suceder”