Advertencias de uso para una máquina de coser

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Eugenia Prado Bassi
Editorial Moda y Pueblo
El cuaderno de Mercedes

En cierto sentido coser y escribir son parecidos. Necesitas una tela o un papel. Una idea. Una inexistente recompensa. Posiblemente en ambos oficios seas igualmente explotado, más si eres mujer. Nada nuevo bajo el sol. Pero aún así puedes ser tremendamente feliz. Interiormente me refiero.
Qué tan feliz ha sido Eugenia Prado Bassi luego de finalizar la escritura de Advertencias de uso para una máquina de coser, primer borrador, editorial Moda y pueblo? 
Seguramente felicidad y catarsis se unan en esta experiencia.

Trabajadoras, partamos por ahí. Trabajadoras que, como engranajes de un sistema, son mujeres que pasan a ser números en la estadística mensual de producción. Este libro es un texto político contra el capital, pero es también muchas cosas más.
Con la irrupción de la máquina de coser muchas mujeres tienen tiempo para trabajar fuera de casa. La protagonista, Mercedes, es una de ellas. Como sus colegas sigue todo un protocolo a la hora de dar forma a las prendas. Es el inicio, que conlleva el otro proceso creativo: de imaginar a finiquitar la idea.
Mercedes también escribe en un cuaderno. Escribe que muchas veces se siente explotada, que los tiempos en vez de disminuir se amplían y no así el sueldo. Lucha de clases. Costureras y señoras elegantes (Hay dos panes. Tú tienes dos, yo ninguno. Ingreso promedio: un pan cada uno). 

El mundo gira entre mentiras y una de ellas es el vestuario: partes del cuerpo resaltadas con rigor y otras ocultas según la prenda. La vida es un bluff. Y la lucha de géneros: el hombre adelante, la mujer esperando su turno. Dentro del espectro humano -y femenino- hay de todo: virtudes y defectos, gracia y bajeza. El taller no es ajeno a esta verdad.
El cuerpo de las costureras es también una máquina de producción que se ensambla a la máquina de coser. Ambas producen. Incluso hijos que son deseados o no. Y en este ir y venir de telas, sucesos, y más penas que alegrías, a todos se nos va la vida. Tan rápido como el remache de una máquina de coser. O el corte que hace en las telas del saber/vivir para luego formar una prenda/libro que nos muestra lo difícil que puede ser mujer; y sin embargo hacerle frente. Al igual que los pedazos de telas que componen una prenda, Eugenia Prado desarrolla un texto que, luego de darle un magistral desarrollo con la pluma a la que nos tiene acostumbrados -un lenguaje propio-, solo al término sale a la luz con su idea central, que ha estado soterrada. Un final brutal y académico, un llamado a la unión. En un país hipócrita y burocrático es bueno que una escritora, con un rol social y artístico ineludible y consolidado, haga el trabajo que otros no hacen. El cuerpo como tela, con sus dolores y padecimientos, cortado para dar nacimiento y vida dentro de una máquina infernal. Casi como Chile. Un testimonio certero, una realidad desigual y una novela extraordinaria.

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