La cabellera no piensa

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Historia-de-la-filosofia
Los pueblos, los países, las naciones, los Estados, se desarrollan de buena forma cuando su energía intelectual expresada en la generación de conocimiento, y las artes, alcanzan indicadores – no solo estadísticos- que reflejan mejores y reales condiciones de vida para todos.
 
El buen pensar hace al buen vivir. Contar con “masa crítica”, masa pensante, creadora, ha de ser un propósito estratégico de todo gobierno que mira y hace en bien de la comunidad nacional.
 
La escuela, genéricamente todas las instituciones que se llaman así, han de ser las principales gestoras de esos impulsos intelectuales que conduzcan a transformar la abulia y la pereza mental en un torbellino germinal de nuevas y positivas ideas en bien del país, de la sociedad toda. De imaginar se trata…
 
Lo periférico, lo superfluo, lo banal, que por desgracia abunda, más la estulticia crónica, lo casquivano, la zafacoca, finalmente la decadencia… son malos signos de nuestra sociedad que vive de algunos espejismos ganadores…Todo está por hacerse, y siempre ha de ser así en toda sociedad humana que pretenda ser mejor.
 
Vivimos en un país de apariencias con respecto a la calidad de lo que se hace -nunca se habla de excelencia -, claro, esto último representa el peldaño superior… exige un esfuerzo mayor.
 
La cabellera no piensa; sí lo hace el buen seso. Una cabeza de saludable equilibrio da siempre buenos resultados personales y colectivos, ella engendrará un espíritu fértil, generoso y útil, ejemplar en algunos casos.
 
Nuestros poetas mayores, geniales pensadores y, por lo tanto creadores, en siglos pasados escribieron versos propios de anticipados luminosos. Luis de Góngora ( 1561 – 1627* ), en dos versos de un soneto dice : ” Mientras por competir con tu cabello, / oro bruñido, el sol relumbra en vano”. Nada más… imaginar, desde aquí y desde ahora…cómo habrá sido esa fulgurante y natural cabellera…
 
Años antes, otro notable vate, también español, Jorge Manrique (1440 – 1479),*en las “Coplas a la Muerte de su padre “, escribió de lo efímero de la vida, de lo fugaz de ciertos esplendores… Dice :
” Ved de cuán poco valor /son las cosas tras que andamos y corremos…” En otras estrofas de su magistral canto interroga, advierte, sentencia :
“¿Qué se fizo el rey don Juan ?… ” ¿Qué fue de tanto galán ?.”… El poeta contesta que toda la falsedad y el ornamento vividos ” ¿fueron sino devaneos ? “¿Qué fueron sino verduras de las eras? “.Pero…el bardo no concluye allí, vuelve a preguntar : “¿Qué se fizieron las damas,/ sus tocados, sus vestidos,/sus olores ? “.
 
Todo esplendor material es efímero, fugaz, transitorio. Solo las ideas, el buen pensar permanecen. José Martí ( 1853 – 1895 ) * lo dijo : “Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras “.El egregio pensador cubano dijo más : ” Trócase en polvo el cráneo pensador; pero viven perfectamente y fructifican las ideas que en él se elaboraron “.
 
Entonces…valga la natural ocupación por el cabello, por la higiene, y no más que eso… La mayor atención, la urgencia es a lo otro… a la materia gris, al numen, a la inteligencia, a la masa crítica.
 
 
Lautaro Fucik
Director Centro de Estudios
Conciencia Crítica
 
 

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