Renca, la sangre y la esperanza

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Es el infierno. Al norte de Santiago de Chile está el infierno.

Un sol distante envía sus rayos UV sobre la comuna de Renca con odio, como si algo  maligno quisiera disecarlo todo; pero Gabriel, del dúo Power Peralta, sigue enseñando hip hop en el taller que ha lanzado la naciente Casa de la Cultura.

La gente transita sorprendida mientras un tibio viento barre  las aceras.

– Hey, ¿qué diablos pasa?- comentan las personas en voz alta al escuchar la música.

Por cada habitante de la comuna de Renca existe un perro vago. Los transeúntes esquivan las fecas de su camino como si fuera un juego molesto. En las calles los automovilistas hacen lo propio con los hoyos. Un cartel de la municipalidad señala: “Llame al MOP para hacer sentir su molestia”. Nadie se hace responsable del pésimo estado de las vías, y son los usuarios -en su mayoría gente de clase media y baja- los perjudicados.

Cae la tarde y las esquinas se atiborran de grupos de jóvenes a conversar y fumar tabaco, y otras hierbas. Todos visten como Daddy Yankee, y las chicas sólo quieren divertirse. Los perros siguen ahí. Botados, fastidiosos.

– La mayoría de nosotros ya ha “caído en cana” (han sido detenidos por la policía) pero igual “libramos” (son dejados en libertad) por ser “brocas” (menores de edad) – manifiesta uno de ellos a la salida de un block con departamentos de 40 metros cuadrados de hacinamiento. Renca tiene el índice más alto en esta materia en Santiago, con 3,9%. Cercano, el cerro de Renca, de 905 metros, está casi desértico. El astro rey y la  delgada capa de ozono  han provocado varios incendios en su ladera sur, a los que han tenido que ir los bomberos de la vigésima primera compañía.

Bien, escribamos acerca de lo que nadie escribe: Septiembre es un buen, y patriótico, mes para que los niños asistan a los talleres de la Casa de la Cultura ante la falta de clases por el feriado diciochero. Todos tienen tiempo libre y es provechoso que lo ocupen en algo positivo. Más aún, cuando la comuna es tildada de conflictiva, con índices alarmantes en relación a delincuencia, salud y educación. Pese a ello las autoridades insisten majaderamente en bañarla con un cariz de modernidad, con autopistas y áreas verdes donde la gente camina y piensa que su destino no es tan malo después de todo.

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Por la comuna se ven muchos letreros: “Vicky Barahona  –la alcaldesa- saca los escombros, Vicky Barahona apoya la escuela de fútbol, Vicky Barahona trae a “La Noche”. Sólo falta un letrero que diga: “Vicky Barahona es la madre de la diputada UDI Karla Rubilar” y tal vez lo coloquen. El proselitismo desvergonzado sale a borbotones por la orilla del Mapocho.

Es por esto, y por mucho más –incluyendo la ausencia de políticas culturales reales- que, gracias a facebook, algunos vecinos decidieron crear la Casa de la Cultura de Renca, un organismo ciudadano, que pusiera las cosas en su lugar, o por lo menos las moviera; más aún si estamos ad portas del Bicentenario.

 

Mujer degollando hombres

Hoy ya no queda renca, vocablo mapuche que se le daba a una pequeña planta amarilla de tallos verdes que crecía en el lugar desde la Conquista, y servía para hacer una especie de hilo. Eso era cuando las tierras pertenecían al  Curaca (Señor de la tierra), Quilacán, que con su gente fue uno de los principales opositores a Pedro de Valdivia, participando en las huestes que el 11 de Septiembre de 1541 destruyeron la naciente ciudad de Santiago a sangre y fuego. Curiosamente Quilacán, junto a Batucura (llamado también Vitacura) fue de los jefes nativos que degolló  Inés de Suarez en la infernal noche de la destrucción de Santiago.
Con 133 mil personas -dispersas a los pies del Cerro de Renca y hasta la orilla del río Mapocho- Renca desde su fundación fue siempre una comuna agrícola, que con el paso de los años recibió una considerable cantidad de empresas en los 60, y poblaciones emergentes en los 70 hasta la fecha.

Pero la  comuna va de  mal  en  peor. De 33 mil  habitantes  que  tenía hace  40 años  hoy tiene 100 mil más pero con  las mismas estructuras.” Tenemos tres consultorios. Le pregunté a la entonces diputada María Antonieta Saá porqué no construían un hospital. “”Es que no pueden pedir un hospital. Para eso tienen que haber más de 300 mil habitantes””, nos dijo. Esa es nuestra diputada. O sea, los demás se mueren¨, manifiesta con cierta rabia Juan Arce, poblador y dirigente vecinal.

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La sangre

En el SIP de Carabineros de la Séptima Comisaría de Renca hay un libro con fotos de los delincuentes y el cargo por el que han sido detenidos: robo, hurto, porte ilegal de armas, ley 20.0000 (drogas), violencia intrafamiliar (el único que aparecía llorando). Pero lo que llama la atención es un muchachito de 12 años acusado de hurto. Tiene cara de niño pero los tatuajes delatan su poco apego a la ley. ¿Cuántos jóvenes podrían enmendar el rumbo en talleres comunales que descubran sus talentos? La respuesta es incierta.

Los delitos se suceden interrumpidamente. “En Lo Velásquez uno toma detenido hasta tres veces en la semana a los delincuentes, cada vez más jóvenes y decididos, y siempre salen en libertad. Algo está funcionando mal en la justicia”, señala off the record un teniente de Carabineros de la Séptima Comisaría. Renca tiene poblaciones conflictivas: Huamachuco 1 y 2, Velásquez, y en toda la periferia  hay lugares donde el hacinamiento y la falta de expectativas son tierra fértil para ir por el mal camino. Con sus 133 mil habitantes, la comuna tiene un supuesto 15 por ciento de cesantía, y el mismo índice de delitos que Rancagua o Los Andes.

“El problema de esta comuna es que no existe la familia. Como tal está quebrada. Y si detrás de un niño no hay familia es difícil que aprenda”, señala Patricio Romero, profesor básico de inglés, quien ve con pena que sólo algunos quieren superarse y ser más. “En los colegios municipales es difícil hacer clases y en los cursos superiores hay alumnos que incluso desafían abiertamente a los profesores. Cuando sucede eso le digo al alumno que si no le gusta la clase, o no tiene interés, que salga, pero deje a los demás estudiar”, señala el profesor Romero.

Tal vez el mejor colegio de Renca es el San José de la fundación San Vicente de Paul, dependiente de la Compañía de Jesús. Un establecimiento jesuita a la antigua. Como en los 80. Buena educación y esmero para niños con buen nivel educacional, pese a ser de escasos recursos, y presentar muchos de ellos problemas familiares. Los padres pagan 2O mil pesos de matrícula y siete mil mensual. Aún así, de cada cien alumnos que egresan de cuarto medio sólo 17 logran ingresar a algún instituto o universidad. La falta de dinero vuelve a hacer merma y el círculo vicioso de la pobreza gira sobre ellos como un remolino. Pero de qué nos asombramos si la educación en Chile, sobre todo a nivel universitario, es un negocio. La universidad Alberto Hurtado –jesuita- y quien debería seguir sus postulados cobra más de 150 mil pesos (270 dólares) por cualquiera de sus carreras más baratas. Eso dejando de lado materiales, transporte y otros ítems.

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Bailan sin cesar

Punto aparte. Volvamos a la historia de los Power Peralta: típica de dos hermanos self made man que viajan con tres mil dólares a New York para estudiar en una academia de baile; pero quedan con sólo unas chauchas luego de matricularse. Es así como deciden ganar algo de dinero bailando en la Séptima cerca del Madison Square Garden. Tenían un pequeño amplificador así que decidieron ver qué pasaba. En una de esas les iba bien. Luego de algunos días sintieron que sus esfuerzos eran en vano. No sabían cómo recaudar dinero. Sin embargo unos bailarines negros los habían visto y habían observado lo que los Power Peralta poseían: el amplificador. El líder de los afroamericanos conversó con los chilenos:  les enseñarían a ganar dinero; pero luego los Power P. les prestarían el amplificados. Era un trato, de caballeros hiphoperos. “Legal”. Los Power no eran tontos. En una de esas resultaba. Y resultó. Comenzaron a ganar dinero en la calle. Bailando, haciendo lo que les gustaba. Cuando terminaron de estudiar volvieron a Chile con experiencia y algo de dinero. Colocaron una academia, hacen eventos, estuvieron en “Rojo”, Adidas los auspicia proporcionándoles vestuario y calzado. Les va bien. Pero ahora están en Renca, haciendo un taller gratuito en una comuna donde la pobreza y la marginalidad son altas.

”Lo positivo de esta actividad, del baile hip hop, es poder entregarle a los niños nuevos elementos de una expresión artística como es el baile donde uno hace actividad física y tiene que ser sano y con un estilo de vida acorde. Además que en estas comunas el hip hop está muy presente. Es un nuevo estilo de arte que los niños pueden seguir desarrollando solos. Algo que pueden hacer todos, algo cercano”, señala el bailarín Gabriel Peralta mientras los niños lo abrazan.

 

Contaminar en la medida de lo posible

Renca es una de las comunas más contaminadas con problemas de basura y mal aseo. Una comuna –digámoslo- sucia y desaseada que además tiene una termoeléctrica que emite dióxido de azufre y dióxido de nitrógeno. Los estudios realizados sobre poblaciones humanas indican que la exposición a largo plazo al dióxido de nitrógeno, a los niveles que actualmente se registran en Europa –mucho menores que en Chile-, puede provocar una disminución de la función pulmonar y aumentar el riesgo de aparición de síntomas respiratorios como bronquitis aguda, tos y flema, especialmente en los niños. Mientras el gobierno señala que el tema medioambiental es  importante, sus políticas son vistas por la comunidad renquina como las de quien mira para el lado. Santiago presenta niveles estratosféricamente altos de polución pero el gobierno no actúa. Puesta en la balanza el medioambiente, y por ejemplo las lucrativas ganancias de las represas que se quieren construir en todo Chile, se avala, lamentablemente, el mayor capital de los extranjeros. Dentro de este marco mezquino, y digno de Ripley, los chilenos sienten que su salud no le importa a nadie.

Lejos estamos de cuando Inés de Suarez plantaba álamos en lo que hoy es la arteria principal de Renca: José Manuel Balmaceda. Los terrenos cercanos al Mapocho siempre fueron agrícolas. En 1950 las primeras empresas ven con buenos ojos establecerse y la corriente de trabajadores, locales y afuerinos, comienza a trabajar en ella. Los 70 y su  ebullición social con tomas de terrenos, generan dos nuevas poblaciones.

Punta de rieles. El sonido del carro y su coordinado paso por la línea y las vigas. Un sonido metálico y mucho más frío en el húmedo invierno que en este luminoso periodo primaveral.

Desde 1953, y hasta hoy, hace su recorrido desde calle Bravo de Sarabia –que delimita Renca de la comuna vecina de Quilicura- hasta calle Matucana con su carga misteriosa. Punta de rieles es el título de una novela del mejor escritor chileno: Manuel Rojas, un despreciado ante la mercadotecnia de Isabel Allende o Roberto Bolaño. Culturalmente Renca pasa por un periodo sin poder atisbar el sol. Pero la irrupción de Casa Liwen es una buena oportunidad para volver a verlo.

Ahora uno de los Power Peralta enseña pasos hip hop a los niños que no pueden disimular su alegría y entusiasmo.

-¿Quién tiene el movimiento?- pregunta Gabriel Peralta.

Y en realidad todos lo han aprendido. Los renquinos no son nada de tontos. La mayoría está sofocada. Una señora junta unos vasos que han quedado a la deriva.

– Bien, ¿seguimos?- pregunta el Power.

– Sííííí- responden los adolescentes con gotas de sudor por el inmisericordioso septiembre.

El baile continúa mientras la gente mira y los camiones se llevan la basura. Pasa un triciclo y una joven pareja con su bebe quien abre los ojos sorprendido con la música y los niños reunidos.

Durante la semana habrá talleres de literatura, teatro, guitarra, salsa y composición hip hop. Todo esto se podría difundir mejor- y hacer más ilustrativa las clases- pero no tienen internet.

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La Plaza de Renca, centro neurálgico, reúne a la municipalidad, correo, registro civil y Carabineros. Un poco más allá el estadio municipal yace inerte con su colorido de arena y césped quemado. Los pocos clubes de fútbol casi no tienen donde jugar, salvo en la periferia donde la violencia se da incluso en las canchas. Renca es un tridente entre agricultores, trabajadores y “choros” (delincuentes) cuyos prontuarios se clasifican entre los “lanzas internacionales”: ladrones que roban en España e Italia, y los traficantes que, según una fuente cercana, viven en el centro de la comuna pero distribuyen en la periferia de la misma, y la zona sur de Santiago.

Tomo un colectivo –auto que hace un recorrido desde el centro de Santiago hacia Renca- en la noche, cerca de las cinco, y le pregunto al chofer a quienes lleva mayoritariamente.

– Putas- me dice-, sólo putas.

Y es cierto. A esa hora muchas mujeres jóvenes ejercen el comercio sexual en nights clubs del centro de la capital. La mayoría son madres solteras con problemas de alcohol y drogas. Las abuelas cuidan a los niños pensando que sus hijas son barwoman preparando tragos en algún pub. La crisis ha hecho estragos, aún cuando todos asumen que son pobres y que siempre lo serán. Sin embargo nadie quiere pasar hambre, y sus metas se enfocan en una televisión de 21 pulgadas o un Playstation 2 para sus hijos.

 

La esperanza de llegar a los 35

 

“El baile le pertenece al mundo. Deberían haber muchas actividades gratuitas, cercanas. Los niños necesitan salir a la calle; pero a hacer cosas positivas”, manifiesta Gabriel Power Peralta.

Más allá otros muchachos  se reúnen en torno a una cerveza y desafiantes parecen decir: “Hey, la violencia está en mis manos, a tu alcance, cercana”.

-Jovencito, ¿qué espera usted de la vida?- le pregunto a uno de ellos.

-Nada…tal vez no ser asesinado en una esquina como mi hermano. Sería una buena vida llegar a los 35, aunque sea en la cárcel- responde. Se produce un silencio sepulcral y luego uno de ellos grita:

– Hey, ¿quienes son esos locos que están bailando?

Su rostro es blanco y el pelo rubio lo hacen ver como una especie de yonki holandés adolescente. ¿Pero qué es eso? El muchacho tiene las uñas pintadas. Se agacha y parece sacarse la cara. Es un cuervo.

En Renca no se ven muchas parejas abrazadas o dándose besos. ¿Y los amantes? ¿Dónde están los amantes? El amor ha sido reemplazado por el sexo. Ufffff. Nadie dice que el amor es más fuerte. La lujuria. Tiempos de lujuria. Sexo, drogas y reggeaton. La realidad de una comuna que parece nadar a la deriva, como tantas otras. Como todo Santiago en realidad. ¿Hasta cuándo? La situación en Renca se ve difícil porque mientras la alcaldesa Barahona siga trayendo a “La Noche” muchos van a votar por ella, y todo va a seguir igual.

Según un informe elaborado por la Secretaría Regional Ministerial de Planificación de la Región Metropolitana (Serplac) en un estudio que se inició en 2003 y abarcó las 52 comunas del gran Santiago, midiendo variables como las condiciones de la vivienda, situación de los servicios básicos anexos al hogar (agua potable, luz eléctrica y alcantarillado), y calidad del espacio público las cinco comunas peor evaluadas en el estudio fueron: San Pedro, Tiltil, Lampa, Renca y Curacaví. Todas ellas coincidieron en que sus principales falencias radican en los servicios básicos, como el acceso al agua potable, un mal sistema de eliminación de excretas y viviendas sin luz eléctrica.

 

El alcalde subrogante de Renca, Hugo Espinoza, dice que el estudio no demuestra la realidad de la comuna. “Son innumerables los cambios que ha sufrido Renca. Si no fuese así, la alcaldesa Vicky Barahona no habría sido reelecta con el 62% de los votos. Es una falacia este informe que sólo nos desprestigia y a la gente que vive en este sector”, explicó.

Sin embargo Casa de la Cultura está ahí. Desafiante. Sin creerse el cuento. Impartiendo talleres de la nada. Tratando de mover un poco los corazones y la mente de los que quieren salir a flote. En las calles los perros siguen tirados descansando. Fastidiosos. Esperando que algo pase, sin saber muy bien qué. Como casi todos en Renca.

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  • Comment (6)
  • Muchos años lejos de Renca, siempre ha siso la trastienda de Santiago, la comuna de la mano de obra barata, la reserva habitacional del obrero, el rincón donde se concentra la contaminación. Soy nacido en la comuna, alcancé a vivir el período semi-rural, el de la convivencia solidaria, de los partidos de fútbol en los pasajes y de los juegos infantiles donde participabamos todos. Somos muy pocos los que salimos adelante, de los amigos de entonces, la mayoría son obreros, operarios, jornales y con mucho , mandos medios, es el destino de la pobreza que persigue a los que allí viven y no los suelta jamás.
    Hoy veo a una comuna sumida en el abandono, con demasiados problemas sociales, mucho alcohol, droga, promiscuidad y desenfreno y sus autoridades empeñadas en convertirse en grandilocuentes personajes de afiche. Renca necesita un cambio radical, una revolución interna.

  • excelente una obra maestra esta muy bien redactado y no se le escapa ningun detalle, me carga que la gente que vivio hace años comente cosas sin sentido realmente renca es unas de las peores comunas y se lo q digo por que lamentablemente tengo q vivir aqui las cosas q se ven dan rabia y mas aun si uno a salido por la noche son inumerables errores q ha cometido la alcaldesa.
    a la gente de esta comuna se le regala un globo o un dulce y son felices pero q hay de la salud,educacion, el bienestar y los mas importante la seguridad de la familia hace poco inauguraron un liceo y q sacan si traen a todos los alumnos expulsados de otros colegios son puros delincuentes ya no hay vuelta atras con esa clase de personas….
    y por ultimo renca es la unica o por lo menos la q mas demuestra q el interes de su alcalde no es en mejorar el entorno si no empeorarlo

  • hola, yo naci en renca cuando era lo que tu comentas… un barrio mas rural. Vivi muchos años en el sector de la plaza de renca donde vivi mis mejores años y era un lugar muy tranquilo para vivir. Mis vecinos no los puedo describir como tu lo haces aca, porque yo tengo hermosos recuerdos de los 80’s y 90’s viviendo en renca.
    Tal vez, cuando a mediados de los ochentas las antiguas chacras y los viñedos los convirtieron en poblaciones con mini-casas para vivir… creo que a la municipalidad se les ‘escapó de las manos’ el hecho de que la población iba a crecer en demasia y nos iba a traer muchisimos problemas en el futuro.
    Toda mi familia siempre fue de Santiago, mi abuelo llegó en los años 40’s con una esposa y dos hijos pequeños a vivir a una comuna que era practicamente rural y pequeña, donde todos los vecinos se conocian y poseian casas muy grandes, la mayoria hecha de adobe y otras de ladrillo como la que construyó mi abuelito en nuestra querida calle Miguel Varas. Es una lástima lo que tu cuentas sobre renca, pero creo que no te fijaste que la costanera esta mas hermoseada y que hay mas escuelas y a la vez se han arreglado las avenidas. Tal vez mas te interesa mostrar lo feo que lo bonito para hacer polémica.
    bueno, yo me quedaré con el hermoso recuerdo de los desfilies en la plaza de renca, la fiesta del cuasimodo cada año, mi hermoso colegio de monjas ‘Primitiva Echeverria’ donde estudié, la panaderia ‘La Plaza’ que es una de las más antiguas de santiago, el Club de Leones, el Bazaar ‘La estrella’ y el estadio de renca que algunos años atras fue el orgullo de la comuna.

  • Me gusto mucho algunos pasajes, muy cierto lo de la Alcaldesa que es bastante populachona, música y baile es lo que regala a su gente, mientras las calles estan sucias, los delincuentes mandan, poco deporte, aunque los niños hoy estan en el play station.
    Discrepo con el colectivero que acarrea putas para el centro, debe aberlas pero nunca tantas, la juventud merece respeto.

  • Me gusto lo que lei, y representa muy bien lo que se ve y vive a diario en nuestra comuna. Creo que que es dificil tirar para arriba la comuna pero no imposible

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