Una novela abierta

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El Levisterio. Brujos y Corsarios en el Chiloé del siglo XVII
Persus Nibaes, (Amazon 2017)

Por Luis Fernández

Huairavo-ok

“…éste, de golpe, sin saber nada, descubre el más difícil secreto de la técnica. El de no aburrir, el de tocar instantáneamente, por instinto, el punto esencial, el que hace saltar la chispa e ilumina el contorno.”
Alone
(Sobre la novela “Esto no es el  paraíso” de Luis Rivano)

 

Las palabras de Alone para la novela de Luis Rivano “Esto no es el paraíso” pueden aplicarse perfectamente a la novela de Persus Nibaes; “El Levisterio, Brujos y Corsarios en el Chiloé del siglo XVII” (Amazon 2017) porque por muchos aspectos criticables que este relato pueda tener dentro del argumento y la estructura narrativa hay uno que no se le puede achacar y ese es el que sea una novela aburrida, porque en ningún momento la tensión decae y la fuerza de los personajes, sobre todo de Hendrick Brouwer, mantienen vivo el relato hasta la última página.

Homenajeando a H.P Lovecraft y su Necronomicón  la novela “El Levisterio, Brujos y Corsarios en el Chiloé del siglo XVII” comienza el relato con una advertencia.   Esa advertencia es la chispa necesaria para incitar nuestra curiosidad y hacernos sentir que estamos entrando en un lugar prohibido, un lugar misterioso pero al mismo tiempo atrayente (como los ojos de los traucos Pompón y Macuco) porque una vez comenzada la jornada, la Historia se disuelve con la fantasía, al igual que la memoria hace con nuestros recuerdos y nos dejará al final del recorrido más preguntas que respuestas.

Por una parte, la familia Alvarado sufre el ataque de los seres mitológicos que pueblan El Archipiélago de Chiloé; por otro, el navegante Hendrick Brouwer llega a la Isla Grande al mando de una expedición militar con el objetivo de conquistar y usarla como base para las operaciones de expansión holandesa en el Pacífico; y por último el cura Bruno Kulczewski y su intento por redimirse de su pasado infiltrándose en la peligrosa organización de brujos chilota conocida como la Recta Provincia.

Tres relatos que convergen en una línea narrativa y en donde el nexo que costura la trama son las leyendas y mitos de brujos, Invunches y Fiuras nacidos el calor de las hogueras en esas noches oscuras y frías del sur de Chile.

Esta novela puede ser vista como la continuación del libro de historia “La destrucción de Osorno: Rebelión indígena en el Chauracahuin, 1598-1604. Una aproximación histórica, cultural y territorial”, escrita por el mismo autor, porque nos cuenta los sucesos acontecidos en Chiloé cuarenta y tantos años después de la destrucción de Osorno y en donde varias familias osorninas huyeron para comenzar de nuevo. Pero aquí el ejercicio es otro, la historia se mezcla con la literatura y mantienen un diálogo constante y la línea entre ambas se hace difusa ¿Acaso no es así la vida? Nuestros recuerdos pueden contradecirse o cambiar con los años y lo mismo pasa con los libros de Historia y con las fuentes históricas y en nuestra cotidianeidad los grises predominan a los blancos y negros, todo se interpreta en nuestras mentes y al final del día nos queda el relato que hicimos de nosotros mismos como personajes principales.

Para Platón toda forma de arte es una imitación de la realidad, y en este caso la literatura que nos propone Persus Nibaes es una mimesis de cómo los diferentes relatos afectan a la Historia y las historias.

Los relatos orales pueden divergir de las fuentes históricas y ambas son igual de válidas porque ninguna es objetiva si no que son interpretaciones.   Es en esta pugna donde la literatura consigue unir la oralidad y la Historia y crear una novela abierta, es decir, donde lo que se lee puede ser una verdad literaria, para conseguir verosimilitud en el relato, o, ser parte de un juego cortazariano en donde se invita al lector a hacer un ejercicio intelectual más allá de la literatura, es decir,  un ejercicio creativo buscando posibles interpretaciones a lo que acaba de leer.

La sensación que me deja esta novela al terminar su lectura, es la misma a la de escuchar una historia contada al lado del calor una estufa, tomando un mate en una cocina en el sur de Chile, después de la cena y repitiendo ese antiguo ritual tan humano de contar y recontar historias como una forma de dar sentido a nuestra existencia y a nuestra soledad ante las cosas que no conocemos y que ahora creemos conocer, simplemente porque llenamos aquellos vacíos existenciales con tecnología, pero nuestros demonios siguen allí; la Volaora sigue volando por las noches oscuras, el Caleuche continúa su penitencia navegando por los fiordos chilotes, los traukos esperan aún en los más oscuro de los bosques, solo hay que poner atención y escuchar atentamente nuestro interior porque esos  mitos hablan de nosotros mismos, más de de lo que creemos.

Luis Fernández, Licenciatura en Letras en Lengua Española, Universidad Federal da Paraíba, João Pessoa, Brasil.

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