El paseo Ahumada, Santiago de Chile.

¡Compártelo!

Por Gianluca Bruto
Lo mejor y lo peor de los chilenos. La Plaza de Armas y los peruanos. El portal Fernández Concha. A Bruto le roban su cámara fotográfica. Los carabineros buscan a un niño extraviado. Elvis toca la batería. Bruto se lustra los zapatos. Bruto se junta con un amigo y se van a tomar a La Piojera. Bruto conversa con una italiana borracha. Lie to me. Cae la noche. Sueños.
1.- Lo mejor y lo peor de los chilenos.
Chile. No es un ají; es un país. Algunos lo señalan como un líder, como el modelo de neoliberalismo a seguir, aunque esa apreciación es más vieja que el hilo negro- esa comparación me la enseñó un amigo que usa muchos modismos-.
El paseo Ahumada está en pleno centro de Santiago de Chile y abarca desde la Alameda hasta la Plaza de Armas. Es decir corta el centro de Santiago como quien corta una sandía. Las pepas serían los santiagüinos que la recorren, que trabajan, que la aman, y que la odian.
El paseo Ahumada tiene lo mejor y lo peor de Chile. El paseo Ahumada es la mejor fotografía de Chile. Los trabajadores, los estudiantes, los obreros, los abogados, los “pacos”- carabineros-, los “lanzas” –delincuentes-, los estafadores, las viudas, las madres, los perdidos, los sacerdotes. El bien y el mal de un país. Si quieres saber cómo es Chile anda al paseo Ahumada y siéntate. Luego observa detenidamente. Cómprate un helado y hazte el huevón –tonto- (puedes escuchar a Wagner si quieres). Y observa. Y sigue observando.
2.- La Plaza de Armas y los peruanos.
Al final de Ahumada está la Plaza de Armas, lugar de reunión de la plebe (con todo respeto de la plebe), del pueblo. El cesante y el trabajador se reúnen para escuchar unos improvisados cómicos que se burlan de los peruanos que están a un costado de la catedral; pero también para reírse de ellos mismos y del país que los alberga: Chile.
En Chile hay muchos peruanos en busca de un futuro mejor. Algunos han salido adelante; otros son esclavos del sistema. Los cómicos dicen que Chile llega hasta la Catedral de Santiago, más allá comienza Perú. También dicen que en la Plaza de armas ya no hay palomas porque todas se las han comido los peruanos, pero no es cierto… conociendo la gastronomía peruana las habrían preparado magistralmente. Pese a los comentarios nadie mata las palomas, símbolo de la paz. Ellas más que nadie gozan de buena salud.
3.- El portal Fernández Concha.
Si estás sin dinero ve a este portal y cómete unos completos –hot dogs- por pocas monedas. Las salchichas son terroríficas, pero con hambre todo sabe rico. Comes de píe y sólo tardas unos minutos. Casi siempre hay mucha gente y cuando estás en lo mejor aparece un vagabundo y te pide dinero. Algunos le dan; aunque otros lo dejan en unos tarros sobre el mostrador que dicen: “Su propina es mi sueldo”. Luego le piden al cocinero que le eché harta mayonesa porque eso es lo mejor del portal Fernández Concha: una mayonesa blanca y sabrosa, deliciosamente salada.
4.- A Bruto le roban su cámara fotográfica.
Bruto no sabe que en Centro hay muchos ladrones y no tiene porqué saberlo. Pese a los carabineros los lanzas –delincuentes que salen corriendo con lo que logren arrebatarle a los turistas- hacen nata. Bruto está entusiasmado y comienza a tomar fotos. De esto y lo otro. De los vagabundos, de los lisiados, del tipo que hace malabares con el balón de fútbol, de las parejas, de la muchacha con la mini falda más corta del mundo, de una culona colombiana, y es en ese preciso momento que siente un tirón y ve sus cámara en manos de un veloz muchacho de unos quince años con un polerón y unas zapatillas Puma. Y ve como su cámara se aleja, y ve las zapatillas Puma con su resplandor metálico en la franja. Está boquiabierto y nadie hace nada. Y luego todos siguen caminando y conversando sin darle mayor importancia al robo. “Manaccia la miseria”, dice Bruto. Cooperó.
5.- Los carabineros buscan a un niño extraviado.
Bruto reacciona al escuchar el grito de una mujer. Llama a un Antonio. Grita su nombre y maldice. Lleva en sus manos unas bolsas de Ripley y está desesperada.
– ¡ Antoniooooo!!!!!!- grita y camina de un lado a otro.
– – ¿Antonio, hijoooo!!!!- exclama con una voz llena de angustia. Llegan los carabineros .
– Sólo tiene seis años- suplica la mujer.
La gente pasa cerca y la mira. Nadie se detiene en ese mar humano un tanto indolente.
6.- Elvis toca la batería.
El chiflado de Elvis Tec toca su batería de ollas y cajas de plástico como un animal. Elvis debería cantar pero toca la batería como Phil Collins. Algunos le dejan chauchas y él sonríe. Se tambalea un poco y golpea la caja como si fuera la cabeza de su suegra… si es que tiene suegra.
Definitivamente Elvis odia el reggaetón.
7.- Bruto se lustra los zapatos.
Quinientos pesos vale la lustrada, pero casi todos los lustrabotas usan un liquido que deja los zapatos con un brillo plástico horrible, y cuartea el cuero. Ya no hay lustradas como en los 80 con betún normal. Además que te pasan el diario La Cuarta o Las Últimas Noticias y Bruto quiere leer La Tercera o The San Francisco Chronicle. De malas ganas paga los quinientos y sale con sus zapatos de cafiche de poca monta.
8.- Bruto se junta con un amigo y se van a La Piojera.
Un amigo de Bruto, que es profesor de educación física, ha venido a ver un partido de la selección chilena y se juntan. Está lloviendo al mediodía y todos visten de rojo. Van a La Piojera y compran un “Terremoto”, trago compuesto por pipeño, helado de piña y Fernet. Al segundo “Terremoto” ya están un poco ebrios. Aparecen diez personas con camisetas chilenas y un gordo de doscientos kilos. La gente le grita “Osito Gominola” y todos bastante ebrios pero felices le cantan: “Osito Gominola, osito Gominola, Osito Gomi, gomi, gomi, gominola”. Salud.
Ceacheí y vamos tomando. Otro ceacheí y dos pipeño… nos sentamos. Hay dos tipos, uno de 45 y otro de 50. El de 45 dice que es artesano y que vivió en Holanda. Nos nombra ciudades como Amsterdam, Rotterdam e Eindovhem. Hablamos de esto y lo otro y el tipo de 50 limpia sus lentes y saca a relucir lo mal que está la juventud. Los cuatro beben y charlan. El tipo de lentes cuenta que hace un mes lo salieron a asaltar una decena de niños de seis años.
-¿Seis años?-le preguntamos.
Nos reímos y el profesor de educación física le coge el vaso y lo huele como queriendo decir: “¿Qué diablos está tomando este imbécil?
Se produce una trifulca y el hombre se levanta disgustado y se va. Niños de seis años. Seis años tomando “Terremoto” será. Ceacheí. Chi-ele- le- chi-chi-chi-lelele. Viva Chile.
9.- Bruto conversa con una italiana borracha.
En la entrada de La Piojera está una italiana de unos 20 años un tanto ebria. Bebe pipeño y luego pide “chichón” (pipeño con chicha). Nos habla y pregunta sobre un hostal en calle Agustinas. Le indicamos dónde queda y nos da las gracias. Es morena y lleva un gorro de Roma y habla como romana porque los romanos tienen un acento inconfundible y nadie habla tan lindo como ellos. La muchacha tiene unos ojos verdes preciosos y todos la miran como si vieran un pollo con papas fritas. La vamos a dejar a un taxi y nos da un beso en la mejilla con el dulce sabor de la chicha, que ahora está en su italiana sangre.
10.- Lie to me.
Gianluca llega su casa cansado, ebrio y se tira en su cama. Piensa en hacer algo pero lo desestima pues está muy mareado. Lamenta esta situación pues al día siguiente le dolerá la cabeza, y posiblemente el cuerpo, el estómago y estará deprimido.
Bruto enciende el televisor y comienza a ver “Lie to me” en Fox. Bruto considera un genio a Tim Roth. Uno de los más grandes actores de los 90.
“Lie tome” trata sobre un experto en lenguaje corporal que trabaja para la policía. Roth resuelve los casos descifrando la gestualidad de los sospechosos. Sabe cuando mienten, cuando están nerviosos. Al final descubre al culpable.
Los productores de Fox estuvieron varios meses convenciendo a Roth hasta que aceptó el papel. Ambas partes sabían que saldrían favorecidas, aunque a los fans del norteamericano les causó mucha extrañeza que el actor aceptara rodar una serie para el cable.
Bruto analiza la situación y lo consulta con la almohada mientras la luna enciende los faroles de calle Cummings.
11.- Cae la noche.
Los cuerpos descansan entre las sabanas y el control remoto obedece diligente. Pero en el Paseo Ahumada aparecen unos raros integrantes y la escena cambia radical. El mundo nocturno es avezado en el arte del engaño. Todos blufean, las sombras se mueven con disimulo y la música de los luminosos pierde intensidad. En los asientos de Huérfanos con Ahumada los jugadores de pool revisan el Kino. Cae la noche y nievan estrellas.
12.- Sueños.
Gianluca se queda dormido y sueña que va con Enrique Lihn por el Paseo Ahumada.
Lihn lleva ese sombrero de copa y atraviesa Moneda. En la esquina está Rodrigo Lira y saluda cortés.
Lihn entra a una gelateria, pide un helado de chocolate y siguen caminando. De pronto aparece Huidobro y Teillier y ambos saludan a la distancia. Y cien metros más allá está Neruda y éste no saluda tan gentil, tal vez distraído. Héctor Pérez Bórquez mira la luna que se escurre por Agustinas y todo se torrna blanco.
Gianluca duerme.
Santiago de Chile duerme, pero no ronca.
Todo gira en sentido contrario. Pacífico; pese al final de los tiempos.

British families flock back to Tunisia, Egypt and Turkey as terror
I recently had the enviable task of reading nearly every...
Posverdad: Cuando la mentira es la Verdad
Por Patricio Palacios, Director de La Tribuna Urbana Facebook La...
Mónica Drouilly. Retrovisor
Epistemología e incertidumbre Pese a lo que muchos creen, o...

Leave Your Comment